De vez en
cuando me entran unas ganas locas de manitas de cerdo; no lo puedo evitar, es
como la llamada de la selva para las fieras indómitas, cuando te llama te llama y no hay tres cuartos. Fijaos si será notoria
la cosa que esos días cuando me acerco por el super, Javier, mi carnicero de
referencia, me lo nota antes de que diga media palabra y me suelta socarrón ¿Qué Ricardo, ya tenemos mono de pezuñas, eh? ¡Joer con el tío, que visión tiene! algún día de estos le tengo que proponer echar una primitiva a medias. Yo creo que el puñetero me lo nota por el
brillo acerado de los ojos y la sonrisilla bobalicona que se me pone.
Del cerdo hasta los andares, nunca mejor dicho |
El caso es que
esos días, silbando por lo bajini, me
llevo para casa ocho o diez piezas partiditas longitudinalmente por la mitad
presto a pasar un par de horitas disfrutando como un chino entre fogones y salivando como los perros de Paulov, que digo yo que serán los perros que mas han salivado del mundo entero.
Como todo el
mundo sabe en la elaboración de las manitas hay dos procesos totalmente
independientes y sin embargo complementarios, de tal forma que el uno sin el
otro, como bien dice la canción de Amaral, no son nada:
Sin ti no soy nada
los días que pasan,
las luces del alba,
mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
….
los días que pasan,
las luces del alba,
mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
….
Primera parte: La cocción:
Una buena olla
a presión es fundamental. Se pueden cocer en una cazuela a fuego suave, pero
sinceramente no creo que en esta parte del proceso merezca la pena tanta delicadeza, dedicación y tiempo. La olla nos reduce el tiempo notablemente y la calidad del
resultado final no se ve mermada en absoluto.
Una vez que tengamos el artilugio preparado introducimos en él todos los ingredientes en crudo: las manitas de cerdo troceadas y super limpias, un puerro, una cebolla, cuatro o cinco hojas de laurel, un par de dientes de ajos, sal, unos granos de pimienta negra, un clavo y una pastillita de caldo al gusto.
Recubrimos de agua generosamente y le damos caña al fuego (bueno a la vitro porque fuego fuego quedan ya pocos en las casas) le ponemos el pitorrito y cuando aquello empiece a silbar como Clint Eastwood en El bueno,el feo y el malo esperamos entre 30 y 35 minutos mientras nos homenajeamos con una buena copa de Corcovo, de Bodegas J. A. Mejias e hijos (Valdepeñas) que está cojonudo, tiene una relación calidad-precio de órdago y a esta comida le sienta de maravilla.
Una vez que tengamos el artilugio preparado introducimos en él todos los ingredientes en crudo: las manitas de cerdo troceadas y super limpias, un puerro, una cebolla, cuatro o cinco hojas de laurel, un par de dientes de ajos, sal, unos granos de pimienta negra, un clavo y una pastillita de caldo al gusto.
Recubrimos de agua generosamente y le damos caña al fuego (bueno a la vitro porque fuego fuego quedan ya pocos en las casas) le ponemos el pitorrito y cuando aquello empiece a silbar como Clint Eastwood en El bueno,el feo y el malo esperamos entre 30 y 35 minutos mientras nos homenajeamos con una buena copa de Corcovo, de Bodegas J. A. Mejias e hijos (Valdepeñas) que está cojonudo, tiene una relación calidad-precio de órdago y a esta comida le sienta de maravilla.
A estas
alturas la carne tiene que estar perfectamente cocida, muy blanda y gelatinosa.
El hueso central estará prácticamente desprendido de la carne y lo quitaremos para facilitar nuestro
siguiente paso. Reservamos parte del líquido de la cocción.
Tal como esta tiene que quedar la carne, con el hueso suelto |
Mientras
comprobamos y deshuesamos vamos haciendo más llevadero el trabajo con una segunda copichuela brindando por las hermosas
dehesas de encinas y alcornoques que nos
proporcionan estos suculentos manjares.
Segunda parte:
el guiso.
Ahora es
cuando el artista hace su aparición.
En una cazuela
(si es de barro apaga y vámonos) ponemos un fondo de aceite y pochamos a fuego
lento lento lento lento una cebolla y un
par de dientes de ajos todo muy finamente picados, le damos todo el tiempo del
mundo mundial y cuando veamos que ya están a punto de caramelo (10 minutos más
o menos) añadimos un tomate maduro rayado y dejamos hacer otro ratito. El
siguiente paso es agregarle una cucharada de pimentón (yo suelo utilizar
mezcla dulce-picante, pero eso va en el gusto de cada uno, aunque un poco de
pique le sienta de muerte) y antes de que este se nos queme por efecto del
fuego un vasito de manzanilla o vino blanco (si por un casual tienes por casa
coñac no te prives de utilizarlo en lugar del vino) y dejamos evaporar el
alcohol.
La carne después de cocida lista para agregar al guiso |
Es hora de que
entren en acción las manitas. Las incorporamos al sofrito y le damos unas
vueltecitas para que se mezcle todo, agregamos el caldo de la cocción que
teníamos reservados en suficiente cantidad como para cubrir todo muy
someramente, una bolitas de pimienta negra y unas hebras de azafrán. De diez a
quince minutos a fuego lento moviendo acompasadamente en vaivén la cazuela de
vez en cuando como si estuvieses haciendo un bacalao al pil pil.
La carne guisándose, en esta foto aparece más roja de la cuenta |
Listo
mariposa.
Tiene que
quedar una salsa trabada que cuando se enfrié se solidificará por efecto de la
gelatina, pero que cuando se vuelva a calentar adoptara la untuosidad adecuada
para que se te caigan dos lagrimones como puños. Me preparo una ración y el
resto las congelo en tupper (la verdad es que yo utilizo las tarrinas de helado de Mercadona que tienen el tamaño perfecto y al ser prismas cuadrangulares de
apilan maravillosamente en el arcón congelador sin pérdida de espacio, digo yo que por algo soy
matemático) a razón de manita y media por recipiente para deleitarme en futuras
ocasiones.
Servir
acompañada de un buen pan y con la servilleta puesta de babero para que tu
mujer no te riña por si te manchas, que te mancharás seguro.
Atacar con
lujuria contenida.
.
Pedazos de manitas, soy tu vecino Fernando te quedaron de lujo
ResponderEliminarFernando viniendo de ti y sabiendo el buen yantar del que haces gala es todo un cumplido. Gracias
EliminarHola Ricardo. Hace un tiempo que te sigo desde Canarias y, la verdad, me encantan tus comentarios y tus recomendaciones (por trabajo, tengo que ir a Sevilla muy a menudo), y hasta ahora ¡no me has fallado!. Con esta receta de manitas (no recuerdo haberte leído dando recetas) se me han puesto las papilas gustativas a 100. Enhorabuena por tu página y por tu simpatía. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Luis por el comentario, gente como tu hacen que sea aún más placentero mi trabajo.
EliminarMi suegra las hace espectaculares, y como soy el único de la familia al que les gusta (bueno, a mi hija también), de vez en cuando me prepara un "perolo" que me dura un par de días.
ResponderEliminarLo que no se es si el guiso es el mismo, se lo preguntaré.
Hay suegras y suegras, pero las buenas buenas son las de la madre. Un saludo
EliminarHay suegras y suegras, pero las buenas buenas son las de la madre. Un saludo
EliminarEstaba yo bucando una receta de manitas y no me llenaban ningun de ellas (incluída la de Arguiñano😬) cuado me encontré con esta maravilla, y no porque sea la receta cosa del otro mundo, no, sino por como Ricardo la has explicado. Lo que mas me ha motivado para quedarme en su lectura y archivar la receta, ha sido el bienestar de tu persona en la elaboración, disfrutando de ¿un par? de copitas de buen vino, me identifiqué contigo y toda mi familia, siempre que cocinamos solos o en compañía,aliñamos nuestos guisos y nuestro paladar con un delicioso vino o unas cervecitas bien frías, amén del picoteo (el/la cocinero/a tiene que estar feliz) clausula fundamental para una buena cocina.
ResponderEliminarGracias Ricardo por la receta y tu simpática explicación, yo si que he cantado las 40 con ella😋
Muchísimas gracias por tan ambles palabras. lectores como usted hacen que resulte gratificante compartir estos pequeños momentos. Le mando mi agradecimiento y un muy cordial saludo
EliminarGrande Ricardo.
ResponderEliminarLlevo ya más de 3 años que cada vez que compro esta materia prima 😊 hago por olvidar la receta, para obligarme a leer tu post que siempre me alegra el día .
Y más aún viendo que estás ahí detrás, atento a estos comentarios, ninguno malo, como todos vemos, y llenos todos de agradecimiento. Éste que escribo, de los que más.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMuchísimas gracias por tan cariñosas palabras. Al hilo de tu comentario igual me animo y te dedico una receta de arroz con fondo de manitas y carrillera ibérica. Gracias
Eliminarpara mi una receta 10 gracias por compartir tus recetas
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