martes, 4 de diciembre de 2012

HAMBURGUESA DUKAM


Esta es una receta genial para  carnívoros empedernidos, es decir ideal para mí que me gusta más la carne que a los leones del Serengueti. Además del puro placer gastronómico, que ya de por sí es tela marinera,  tiene la enorme ventaja de que es totalmente compatible con cualquier dieta basada en la ingesta de proteínas, vamos que  a los adeptos a la dieta Dukam les viene al pelo y encima, para mas inri, rizando ya el rizo, es que están de muerte ya que  te la preparas y aliñas al gusto del consumidor, que en este caso eres tú. 
Entrada relacionada: Mi experiencia con la dieta Dukam

¿Qué me decís de la pinta que tienen?

Cada vez que preparo las hamburguesas hago cantidades industriales que luego suelo congelar en bolsitas individuales; eso me permite  sacar el máximo provecho al trabajo de elaborarlas.
Va por ustedes señores:

Ingredientes:
1 kg de carne de vacuno picada.
250 gr de carne de cerdo picada.
Un manojo de perejil
6 dientes de ajos (me gusta ser muy generoso con el perejil y el ajo)
2 huevos
Sal y pimienta negra
Un chorreón de vino blanco o manzanilla.
Salvado de avena

Proceso:

Picamos el perejil y los ajos muy finamente (con dos cuchillos grandes se hace de muerte; yo, cuando me pongo le echo la pata al Arguiñano, ¡Que dominio! ¡Que destreza! ¡Que gasto en tiritas al cabo del año!).
En un recipiente grande y hondo ponemos la carne picada, añadimos la sal, la pimienta molida, los huevos, el picado de perejil y ajitos y nuestro buen vino blanco (es raro, a mí el vino blanco no me hace mucho tilín, pero el punto que le da a las comidas me sublibeya)


A trabajar la masa con ahínco, desparpajo y alegría, dos cucharas y manos a la obra: remover y remover hasta que se canse el brazo y todo quede perfectamente mezclado. Si nos queda un pelín suelto (como muy mojado) añadimos un par de cucharadas de avena para aglutinar y secar un poco la mezcla, removemos, removemos y la perfumada argamasa ya está lista para el necesario reposo.


Pasamos la masa a otro recipiente poco profundo y la extendemos para que se oree en condiciones (ahora se dice oxigenarse). Al frigorífico con ella y que duerma el sueño de los justos al menos 24 horas, si nos pasamos un poco de tiempo, mejor que mejor.

Pasado el tiempo pertinente ya estamos en disposición de hacer las hamburguesas: coger una cantidad de la carne preparada, darle forma, pasarla someramente por salvado de avena y listo, a la plancha que la espera expectante.

En este penúltimo proceso entran los gustos personales de cada uno. Yo las hago grandes, gorditas e irregulares para que al pasarlas por la plancha salgan muy selladas por fuera pero tiernas y jugosas por dentro; a otros les gusta más fina y hecha con molde, todas igualitas como obleas uniformadas, muchos ni siquiera se plantean hacer hamburguesas habiendo McDonald al tuntún; ya se sabe que sobre gustos y colores no hay nada escrito.


Os aseguro que están para chuparse los dedos.

Posdata: Acompañar con una buena copa de Ribera, Rioja, Priorat, Somontano o lo que nos coja a mano.

He dicho.

Anímate y déjame un comentario

4 comentarios:

  1. que buena pinta!!! no será la cámara :) los leones del serengueti? jajajaa como me reí, un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Querido amigo supóngote enterado que los carnívoros más carnívoros del mundo mundial son los leones del Serengueti, después los cocodrilos del río Mara ( si lo dudas pregúntale a un ñu de confianza)y en un tercer y honroso lugar el que subscribe estas líneas.
    Por cierto la cámara es la de un móvil cuasi prehistórico, la que es buena es mi mujer manipulándolo.
    Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  3. Estimado Ricardo, me rindo ante ti por tu genial sentido de humor sevillano, con los tiempos que corren te aseguro que me has dibujado una sonrisa y gracias mil por ello, sin duda las voy a hacer pero, una pregunta ¿Qué pasa si eliminamos el puerco y usamos una buena carne de buey?

    ResponderEliminar
  4. Amigo Jesús la opción que me planteas culinariamente hablando parece bastante plausible, es mas, yo diría que muy recomendable, aunque bien es cierto que no soy precisamente un experto en carnes de buey excepción hecha de los gloriosos y nunca suficientemente ponderados chuletones y entrecots. Ahora bien el asunto crematístico se dispararía y en ese aspecto cada cual sabe la economía de su casa.
    Agradecido por tus palabras y tu consulta, aunque no te he solucionada nada, pero bueno.

    ResponderEliminar

SI HAS LLEGADO HASTA AQUÍ, HAZ UN COMENTARIO. ME ALEGRARÁS EL DÍA Y NO DUDES QUE TE CONTESTARÉ, AUNQUE SÓLO SEA PARA DECIRTE "GRACIAS AMIGO"