07/09/2013. LA TRADICIONAL

LA TRADICIONAL

Se acabó el veranito y ya es hora de ponerse a currar, bueno yo llevo ya un par de semanitas dando el callo de lo lindo y puedo confirmar que, por lo menos en mi caso, eso del síndrome post-vacacional es un cuento chino de mucho cuidado, la invención de algún redomado holgazán con ganas de prolongar los días de ocio.

Hablando con mi amigo Fernando (el chef y alma mater del Bar los Palillos) unos de estos día que me he pegado una escapada por la capi me recomendó que visitara La Tradicional, un minúsculo barecito situado en C/ del Alberche s/n. Me dijo que en el bar no caben dos moscas pero que tiene una hermosa terraza techada que da mucho se sí y con respecto a la comida dos palabras: tradicional con toques. Por cierto Los Palillos es el único establecimiento de todos los que alguna vez he visitado que no ha cerrado en todo el verano, por lo que no he tenido más remedio que hacerle un par de visitas de cortesía y ciertamente puedo decir que si la comida ha sido excelente el trato ha sido inmejorable.

Fernando con la familia Roldán-Trigo

A lo que iba.

El sábado a eso de la una de la tarde tenía un mosqueo de madre y señor mío; llevaba 24 horas con dos ordenadores trabajando a destajo intentando hace los horarios de los profesores del instituto y una y otra vez el programa me decía que había incompatibilidades irresolubles. ¡Chúpate esa Teresa! ¡Incompatibilidades irresolubles!, la madre que lo p…..

-       Cariño (dirigiéndome a mi señora) nos vamos a pegarnos un homenaje y a estos dos (por los ordenadores) que le den……, a ver si se les funde el microprocesador o les da una subida de tensión.

A las dos estaba en la terraza sentado como un señor con un cervezón en la mano y leyendo la carta.

Efectivamente el establecimiento es lo más chico que se despacha en bares en toda la ciudad y parte de la comunidad autonómica, sin cocina y con autoservicio para las bebidas. Dentro de la barra un joven te sirve las bebidas y dos chicas trajinan con las comidas que, supongo, hacen en otro lugar y luego las calientan allí en dos tostadores con dobles resistencias que tienen colgados en la pared del fondo. Para las tapitas hay un señor de nombre Felix que te toma la comanda y te trae los platos en la mesa.

Eso que se ve en las dos fotos es toda la cocina y la barra. Véanse los calentadores de comida al fondo

La carta es bastante amplia y además hay una enorme pizarra con las sugerencias del día, en total no menos de 20 platos distintos entre las dos cosas.

2 cervecitas (1,30 €) y pedimos la primera andanada de las tapas que estaban entre las sugerencias del día:

Berenjena asada rellena de pollo campero (4,90€)
Con  la berenjena y un postrecito almuerzo yo un día normal y encima estaba para tocarle las palmas. La berenjena rendida, tierna y jugosa, en su punto y el relleno de muerte.

Brandada de bacalao con pimiento caramelizado (4,50 €)

La brandada de bacalao bacalao, tres montecitos de bacalao como tres soles; si acaso un poquito más de pimientos caramelizados le hubiese venido al pelo. Nos pusieron pan recién tostado para acompañar.

Dos nuevas cervecitas y enfilamos unas novedosas Espinacas con calamares en su tinta 3,30 €), tapa de la carta habitual.

Como si haces un arroz negro negrísimo y en lugar de arroz le pones espinacas, bueno un poco más líquido el conjunto. Notable alto.

Nos cambiamos al vino, un rioja de nombre Lan-D-12 suavecito y redondo a 2,90 € la copa.

Volvemos a la carne y entre la oferta de la carta habitual nos decantamos por Ternera con vodka y pimienta negra (3,30 €) Ni un pero, pero que ni un pero se le pudo poner.

Para rematar la faena y ya por mera gula pues realmente estábamos más que satisfechos nos arranchamos con otras dos copazas de vino y un Atún al aroma de hierbas con tomate caramelizado (5,90 €) que puso el broche de plata a la jornada. Buenisimo y generoso.

El establecimiento es bastante diferente de la mayoría de los sitios que aparecen en este bloc; nada de pijerias de platitos de diseño, de planchas de pizarra donde poner el atún muy mono, de camareros muy chic todos vestiditos de negro impoluto. Eso por un lado, por otro decir que la comida estaba de muerte y que sin duda le da muchas vueltas a muchos gastrobares al uso y encima los platos son bastante más abundantes que la media imperante. El servicio profesional, muy profesional y muy cordial.

En total nos metimos entre pecho y espalda mi señora y yo 4 cervecitas, 4 copitas de rioja y las cinco tapas antes mencionadas por importe de 39,70 €.


PUNTUACION DEL ESTABLECIMIENTO: 7,50

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