lunes, 5 de marzo de 2012

04/03/2012. LA DALIA


Esta mañana a Sevilla le faltaba el olor a azahar, sólo eso le faltaba, adolecía del olor a azahar de sus miles de  naranjos. Todo lo demás lo tenía.
La mañana luminosa y esplendida, la temperatura en su  justo punto, picando al sol sentado en una terraza y agradable a la sombra, la calle llena de mujeres hermosas, los parques de la Alameda de Hércules repletos de chiquitines con sus pantalocitos cortos y sus madres expectantes siguiéndolos con la mirada y una condescendiente sonrisa de amor en los labios. Las terrazas abarrotadas y un fluir de otras lenguas a tu alrededor, murmullos exóticos, a veces duros, otros musicales, todos misteriosos.
Sevilla cosmopolita y poliglota, ecuménica, castiza  y progre; señoras con abrigos de astracán saliendo de misa de doce del brazo de su enchaquetado marido se mezclan con alternativos  que pasean sus rastas hasta la cintura junto a un par de perros cuneros que los siguen con entregada adulación.

Hoy, Eva y yo,  hemos cambiado la ruta de aproximación al Centro, lo hemos hecho vía Macarena hasta el puente de la Barqueta y luego bajando por Calatrava hacía la Alameda. Hemos paseado despacio, sin prisas, observándolo todo con ojos de niño chico, que, sin duda, son los mejores ojos para observa las cosas que discurren y acaecen a nuestro alrededor y de las que, la mayoría de las veces, no nos damos cuenta. 
En nuestro deambular nos hemos detenido en la librería La Extra-vagante (la del hermano de Lalo) y allí nos hemos recreado un ratito con el catálogo interminable expuesto en sus estanterías, hemos manoseado los hermosos tomos y, al final, he comprado el siguiente libro de Almudena Grande El lector de Julio Verne con la esperanza (más bien certeza) de que me guste tanto como el anterior Inés y la alegría, del que por cierto no hace mucho hice una crónica en este blog.

A la una nos dirigimos hacía la plaza de San Lorenzo. Antes de llegar a ella nos recibe el estruendoso alboroto de la colonia de cotorras argentinas que viven en las dos palmeras de la plaza, peleonas y vociferantes, incordiantes, molestas y chillonas. He pensado en los pobres inquilinos que día a día, hora a hora soportan su interminable parloteo. En plena plaza veo el constante hormigueo de cientos de personas que , devotos,  visitan al Señor de Sevilla.

La terraza del  bar Eslava aún tiene mesas libres y aprovechamos la ocasión para tomar un aperitivo. Cuatro birras (1,20 €), y dos tapitas:
Huevo sobre bizcocho de boleto y vino dulce (2,50 €)
Vieiras sobre crema de algas y fideos chinos (2,50 €)
De la primera sólo decir que fue la tapa ganadora del primer concurso de la tapa de Sevilla del año 2010 y que se ha convertido en santo y señal de establecimiento, además con pleno merecimiento. La concepción de la idea es genial y sencilla. Sobre una reducción dulce un bizcocho de boletos coronado con la yema de un huevo en su justo punto. Supongo que conseguir el bizcocho tendrá su miaja de arte.

Delicioso, sencillamente delicioso

La segunda no desmerece en absoluto de la primera. Tres corales de vieiras a la plancha  sobre una cama de finísimos y crujientes fideos chinos acompañado por una sabrosa crema de algas.
Tan bueno o mejor que la anterior
Imprescindible probarlas.

Una vez que el cuerpo ha entrado en caja nos dirigimos hacía nuestro destino del día: Restaurante La Dalia, calle Trajano, nº 44. Hace un par de meses compré un bono en Groupón por 22 € para este restaurante de nueva apertura (no hace más de 3 meses desde que se inauguró). Dicho bono me ofertaba un menú consistente en dos entrantes, dos platos principales y una botella de vino.

El local está impecable, las mesas separadas y cómodas y la chica que nos sirvió  atentísima y muy profesional. Eso sí, todo de negro como es la actual moda imperante.

La botella de vino de Rioja que nos pusieron fue Azabache, crianza del 2007 (7,50 €) y los dos entrantes que pedimos de una extensa carta fueron:
Brik  de cola de toro con crema de membrillo y salsa de regaliz (7,50 €)
Risotto negro con sepias, gulas y carpaccio de langostinos con alioli verde (8,50).

Cada uno de los brik eran de una longitud análoga a mi mano

El brik dos largos canutos envueltos en una pasta superfina rellenos muy generosamente de la tierna carne de la cola de toro, ligaba perfectamente en boca con la crema de membrillo y el sutil punto del regaliz. Eva y yo empezamos a mirarnos expectantes ante el descubrimiento que estábamos haciendo.

El sensacional risotto, lo blanco que está sobre el arroz es el carpaccio de langostinos.

Del risotto baste decir que es el mejor que he probado en toda mi vida, incluido Tradevo, Puratasca, Gastromiun, etc. El sabor a sepia y tinta  intensísimo; el negro profundo, abisal, metálico, azabache; el carpaccio de langostinos como en el Gastromiun, las gulas doraditas, en fin, como dije antes, el mejor risotto de mi vida y nada de una tapita, un señor plato en toda regla.

Lo que quedó del risotto, esa mano que arrebaña y apura es la mía.

Una copita de vino para relajar las mandíbulas y, sin lugar para el descanso, los dos platos principales:
Eva se decantó por Bacalao confitado con ajoblanco y aceite de cebollinos (12 €)
Yo por Entrecot de buey con gratén de patatas y mostaza antigua (15 €)

Simplemente en la línea de los entremeses, perfectos.
El bacalao cubierto por una montaña de puerro, cebollinos y otras verduritas, todo muy finamente cortado y frititos hasta estar crujientes. Las lascas del bacalao impresionantes. el fondo gustoso.

El entrecot en su punto, tal y como lo pedí, con un corte que nunca me habían puesto (bueno una vez en San Sebastian, en Arzak me pusieron algo parecido, pero mejor, justo es decirlo), en un taco cuadrado de unos cinco centímetros de lado, sellado por los cuatro costados y semicrudo por dentro. Presentado loncheado y cubierto con sal de escamas. Hice un ímprobo esfuerzo, pero me lo comí entero, no era de recibo dejar en la mesa tal manjar. Tan bueno estaba que decliné usar la crema de mostaza antigua para no desvirtuar el sabor de la carne. En honor a la verdad y  a pesar mío,  dejé la mitad del gratén de patatas, sencillamente no podía mas.


En total todo nos hubiera costado 50,50 € y lo hubiese pagado gustosísimo, pero es que me costó 22 €, por supuesto si vuelven a poner a la venta cupones para este restaurante los volveré a comprar y os avisaré a todos porque realmente es una ganga.
Un atentico descubrimiento a la altura de lo mejorcito de Sevilla.

De vuelta a casa, paseando despacio para bajar la comida, en San Pedro, de nuevo la Sevilla   mariana, castiza y machadiana sale a nuestro encuentro. Una cuadrilla de costaleros,  de la hermandad del Valle, bajo la atenta mirada del capataz, bajo un sol de justicia, entre sudores, ensayan y ponen a punto todos y cada uno de los distintos pasos. 
Al cielo con ella,mis valientes. Ordena el capataz.
Entre el conjunto de mirones que, embelesados, miramos y fotografiamos el espectáculo me encuentro con Mamen, que, terrina de helado en mano (de Raya por supuesto), disfruta junto a sus retoños del  magnifico mediodía. 


El paso seguido por toda una cohorte de adláteres

Estoicos, sin la menor queja, los coches siguen en procesión al descabalgado paso por la calle Almirante Apodaca, en dirección al Tremendo, en cuyas mesas, con la satisfacción  y el cansancio reflejado en sus rostros, apagan su sed un buen número de costaleros. 


Y como colofón al día, milagro. Cuando abro la puerta de casa me inunda un profundo aroma a incienso que se ha colado por una de las ventanas. 


PUNTUACIÓN DEL ESTABLECIMIENTO: 8


Después de otra visita constato que el bar ha bajado estrepitosamente.

PUNTUACIÓN: 6,50


Gracias por leerme


2 comentarios:

  1. Pues solo comentar que acaban de cambiar la Carta, y que lamentablemente no podreis encontrar ni el Entrecot de Buey, ni el risotto de tinta... :-(
    ¡Una faena, después de lo leido!

    Eso sí; los saquitos de magret de pato estaban de muerte, y unas simples patatas bravas, magníficas.
    El carpaccio de presa con migas le gustó más a mi mujer que a mí. Empate.

    Las tapas , generosas y el servicio muy agradable.

    En fin. Lamento que de los dos risotos hayan dejado el menos original, al menos a mi juicio.

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    Respuestas
    1. He vuelto en esta Semana Santa de 2013. El bar no se parece ni por asomo al que yo conocí, lamentablemente su nivel ha bajado un montón. Una autentica pena. Le he rebajado la nota a un 6,50

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