jueves, 1 de marzo de 2012

De algunas cuestiones técnicas. Bandejas y remates


PARTE 4.
DE ALGUNAS CUESTIONES TECNICAS: BANDEJAS Y REMATES.

Y ahora hablemos de las bandejas y los remates planos. Toda mi vida, y empecé a jugar al tenis hace muchos, muchos años, he tenido cierta facilidad para efectuar remates, más o menos ortodoxos, pero eficaces. Cuando me cambie al pádel mis remates siguieron funcionando de maravilla, levantaba la raqueta y los de enfrente se ponían a temblar. Soy un verdadero experto en la teoría: te pones de perfil mirando en la dirección que viene  la pelota, levantas la mano izquierda para seguir su trayectoria y cuando la tienes exactamente encima de ti, un poquito adelantada de la vertical de tu cuerpo, y a la altura precisa, efectúas el golpeo, seco y con precisión suiza. Contundente y precioso. Chupao.




Esto en el pádel se llama remate plano y si lo haces con la suficiente fuerza para que la pelota rebote en la pared de enfrente y vuelva a tu campo, perfecto; o si le das hacía abajo con el suficiente ángulo para que bote en el suelo y salga fuera de la pista, mejor, miel sobre hojuelas que diría el otro; pero como no ocurra ninguna de estas dos cosas vas de culo y cuesta abajo.


Precioso remate  para sacar la bola por 3 metros. En siete años lo he conseguido una docena de veces.

El problema del remate plano es que la bola cuando impacta en la pared de fondo rebota mucho (“sale mucho” decimos en el argot); tu oponente lo sabe, la espera y te cruje. Para solventar este problema al rematar y no estás lo suficientemente cerca de la red, está la famosa bandeja, que no es otra cosa sino una forma distinta de rematar, con la ventaja de que al hacerlo de esta manera la bola no bota, se desliza sin apenas levantarse del suelo, con lo que las posibilidades de ser devuelta con peligro se reducen notablemente.
Rematar de bandeja es un arte para iniciados, una gozada cuando sale bien y una frustración constante en la mayoría de los casos para todos nosotros.
Veamos la técnica.

Imagínate que tienes una piedra en la mano y la quieres lanzar, ese es el movimiento que define una bandeja, como bien dice mi profesor de pádel. En la bandeja, a diferencia del remate plano,  no se impacta la bola arriba, encima tuya; no, no, nada de eso, se golpea un poco más alta que tu hombro y a la distancia de un brazo de la vertical de tu cuerpo. Imagínate un camarero con una bandeja en la mano, con el brazo estirado paralelo al cuerpo y un poquito levantado, hasta la altura de la coronilla mas o menos, que desplaza dicho brazo hacía delante y bajándolo lentamente, siempre estirado, hasta la altura del costado de su otra parte del cuerpo. Eso, ni más ni menos, es una bandeja. Parece una cosa fácil, parece, pero es la leche de complicado y puñeteramente difícil de hacer y, ya, que te salga bien, es la repera


Bandeja en suspensión: Esa es la secuencia que me gustaría hacer, pero quia, años y años de intento y no hay forma. Torpe que es uno

Yo llevo siete años dando clases de pádel, todos los profesores que he tenido me han insistido una y otra vez en la ventaja estratégica de las bandejas, en multitud de clases ha sido lo único que hemos practicado hasta dolernos el brazo y acabar con agujetas; bueno, pues como si nada, no tengo ni pajolera idea de cómo se hace y lo peor no es eso, lo peor es que de tanto intentar aprender esta escurridiza técnica he olvidado la otra, vamos que he perdido el toque de una forma escandalosa y no me sale un remate plano bien ni por casualidad. ¡Y mira que era bueno rematando¡ Ahora ni sé rematar ni me salen bandejas, los remates se me van casi todos a  la pared del fondo (lo cual estaría muy bien si antes la bola hubiese botado en el césped del suelo, pero no es ese el caso), algunos escandalosa y vergonzosamente altos, los que entran en la pista carecen de mordiente y quitando alguno que otro que va oportunamente a la esquina, los demás ni fu ni fa, ni chicha ni limoná, me quedo más vendido que Torrebruno en una pelea de sumo.


Obsérvese la depurada técnica que he logrado después de improbos esfuerzos.
¡Quien te ha visto y quien te ve, compañero¡

De las bandejas ni hablo, sencillamente ni las intento. Antes de los partidos siempre me mentalizo y me digo animándome:

-       Hoy es tu día, colega, hoy vamos a romper la pana. ¡Ni un remate lejano¡ ,eh Ricardo, ¡Ni un remate¡   sólo bandejas, sólo bandejas, sólo bandejas…….que tú puedes y sabes. Venga campeón, ánimo, bandejas, bandejas, sólo bandejas.

 Y entro en la pista dispuesto a resarcirme frente al mundo y hacer más bandejas de las que hay en la sección de cocina de Ikea. Cinco minutos después me pasa como a mis alumnos y de las buenas intenciones ni me acuerdo.

De vuelta a casa me refuerzo comiéndome el coco:
El próximo día, sin falta. Seguro.
El próximo día cruzaremos el Rubicón y “alea jacta est” como dice el amigo Julio.

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