PARTE 4.
DE ALGUNAS CUESTIONES TECNICAS: BANDEJAS Y REMATES.
Y ahora hablemos de las
bandejas y los remates planos. Toda mi vida, y empecé a jugar al tenis hace
muchos, muchos años, he tenido cierta facilidad para efectuar remates, más o
menos ortodoxos, pero eficaces. Cuando me cambie al pádel mis remates siguieron funcionando de maravilla, levantaba la raqueta y los de enfrente se ponían a temblar. Soy un verdadero experto en la teoría: te pones
de perfil mirando en la dirección que viene
la pelota, levantas la mano izquierda para seguir su trayectoria y
cuando la tienes exactamente encima de ti, un poquito adelantada de la vertical
de tu cuerpo, y a la altura precisa, efectúas el golpeo, seco y con precisión
suiza. Contundente y precioso. Chupao.
Esto en el pádel se
llama remate plano y si lo haces con la suficiente fuerza para que la pelota
rebote en la pared de enfrente y vuelva a tu campo, perfecto; o si le das hacía
abajo con el suficiente ángulo para que bote en el suelo y salga fuera de la
pista, mejor, miel sobre hojuelas que diría el otro; pero como no ocurra ninguna
de estas dos cosas vas de culo y cuesta abajo.
Precioso remate para sacar la bola por 3 metros. En siete años lo he conseguido una docena de veces.
El problema del remate
plano es que la bola cuando impacta en la pared de fondo rebota mucho (“sale mucho” decimos en el argot); tu
oponente lo sabe, la espera y te cruje. Para solventar este problema al rematar
y no estás lo suficientemente cerca de la red, está la famosa bandeja, que no
es otra cosa sino una forma distinta de rematar, con la ventaja de que al
hacerlo de esta manera la bola no bota, se desliza sin apenas levantarse del
suelo, con lo que las posibilidades de ser devuelta con peligro se reducen
notablemente.
Rematar de bandeja es
un arte para iniciados, una gozada cuando sale bien y una frustración constante
en la mayoría de los casos para todos nosotros.
Veamos la técnica.
Imagínate que tienes
una piedra en la mano y la quieres lanzar, ese es el movimiento que define una
bandeja, como bien dice mi profesor de pádel. En la bandeja, a diferencia del
remate plano, no se impacta la bola
arriba, encima tuya; no, no, nada de eso, se golpea un poco más alta que tu
hombro y a la distancia de un brazo de la vertical de tu cuerpo. Imagínate un
camarero con una bandeja en la mano, con el brazo estirado paralelo al cuerpo y
un poquito levantado, hasta la altura de la coronilla mas o menos, que desplaza
dicho brazo hacía delante y bajándolo lentamente, siempre estirado, hasta la
altura del costado de su otra parte del cuerpo. Eso, ni más ni menos, es una
bandeja. Parece una cosa fácil, parece, pero es la leche de complicado y
puñeteramente difícil de hacer y, ya, que te salga bien, es la repera
Bandeja en suspensión: Esa es la secuencia que me gustaría hacer, pero quia, años y años de intento y no hay forma. Torpe que es uno
Yo llevo siete años
dando clases de pádel, todos los profesores que he tenido me han insistido una
y otra vez en la ventaja estratégica de las bandejas, en multitud de clases ha
sido lo único que hemos practicado hasta dolernos el brazo y acabar con
agujetas; bueno, pues como si nada, no tengo ni pajolera idea de cómo se hace y
lo peor no es eso, lo peor es que de tanto intentar aprender esta escurridiza
técnica he olvidado la otra, vamos que he perdido el toque de una forma
escandalosa y no me sale un remate plano bien ni por casualidad. ¡Y mira que
era bueno rematando¡ Ahora ni sé rematar ni me salen bandejas, los remates se
me van casi todos a la pared del fondo
(lo cual estaría muy bien si antes la bola hubiese botado en el césped del
suelo, pero no es ese el caso), algunos escandalosa y vergonzosamente altos,
los que entran en la pista carecen de mordiente y quitando alguno que otro que
va oportunamente a la esquina, los demás ni fu ni fa, ni chicha ni limoná, me
quedo más vendido que Torrebruno en una pelea de sumo.
Obsérvese la depurada técnica que he logrado después de improbos esfuerzos.
¡Quien te ha visto y quien te ve, compañero¡
-
Hoy es tu
día, colega, hoy vamos a romper la pana. ¡Ni un remate lejano¡ ,eh Ricardo, ¡Ni
un remate¡ sólo bandejas, sólo bandejas, sólo bandejas…….que
tú puedes y sabes. Venga campeón, ánimo, bandejas, bandejas, sólo bandejas.
Y entro en la pista dispuesto a resarcirme
frente al mundo y hacer más bandejas de las que hay en la sección de cocina de
Ikea. Cinco minutos después me pasa como a mis alumnos y de las buenas
intenciones ni me acuerdo.
De vuelta a casa me refuerzo comiéndome
el coco:
El próximo día, sin falta. Seguro.
El próximo día cruzaremos el Rubicón y “alea jacta est” como dice el amigo Julio.
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Gracias por leerme
Anímate y déjame un comentario
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