martes, 28 de febrero de 2012

28/02/2012. MORDISCOS TAPAS


Crisis? What Crisis? cantaba Supertramp allá por los finales de los años setenta, cuando yo era joven e indocumentado, tenía el pelo largo, la cara dura  y los bolsillos vacíos y trasnochaba por el Nicolino.
Ahora tengo alopecia galopante, transnocho menos que un gato de yeso, pero aún resuenan en mis oídos los particulares acordes de sus canciones. Hoy el ambiente de las terrazas en Sevilla a mediodía me ha hecho recordarla. En la plaza del Salvador no cabía un alfiler, las terrazas de la calle Albareda o de General Polavieja estaban a tope, en el Tremendo volaban los barriles de cervezas, los asiduos al Rinconcillo se juntaban con los de la plaza de los Terceros porque en ninguno de los dos sitios se cabía…..
Si uno no fuese consciente de lo que está cayendo pensaría: crisis? What crisis?

 La plaza del Salvador a revientacalderas.

A la una y cuarto en Bodeguita Romero, un clásico de toda la vida. Lleno.
Aprovechando que está junto a nuestro destino de hoy y para hacer un poco de tiempo nos paramos en la barra a tomarnos una cervecita y una tapita. Montaito de Pringá y albóndigas de chocos, las albóndigas muy buenas, pero la joya de la corona es la pringá; en el cuarto de hora que hemos estado allí he perdido la cuenta de la ingente cantidad de ellas que han salido de esa cocina, no tiene nada de extraño teniendo en cuenta que quitan el sentio de lo buena que están.
Las tapas a 2,5 €, la copa de cerveza carilla, a 1,50 €

Llegamos al Mordisco Tapas, C/ Harinas, nº 13, en pleno Centro de la capital, minutos después de la una y media. El bar grande, luminoso, frío y vacío. El camarero (de negro riguroso) y nosotros frente a frente, como una película del oeste.

Primera andanada de balas:
2 cervezas (1,50 €) servidas en bonito vaso largo con diseño muy europeo en forma de  tronco de cono invertido (que se note en algo que soy matemático) acompañadas con Milhojas de paté de oca y queso de cabra caramelizado (3,85 €) y Chipirones con arroz cremoso negro y su alioli gratinado (4,50 €).
Pedirlas y estar en la mesa fue todo uno. De la primera dio buena cuenta mi señora, de la segunda los dos. La milhoja un punto de fría, como recién sacada del frigorífico, más presentación que elaboración, sin haber estado fuera del frigo el tiempo suficiente para que tomará el calor justo que hace que se deshaga y se saboree en la boca.

Milhojas de paté de oca y queso

Los chipirones bien presentados, el arroz correcto, el gratinado brillando por su ausencia, el conjunto logrado pero no redondo.
Lo mejor la presentación del plato de arroz y chipirones.

Cerveza para mi y una copa de Ribera (3 €) para Eva.
Llevamos media hora en el local y seguimos solos, el camarero y nosotros midiéndonos lentamente con la mirada, prestos a desenfundar al menor movimiento.

Segunda andanada:
Maki de atún macerado y aguacate con huevas de truchas (3,75 €)
Bacalao confitado con habas baby y jamón (4,50 €)

No sé por qué la tapa se llama maki, en realidad es un Makizushi y más correctamente dentro de los makizushi un Futomaki, pero en fin no nos enfadaremos por estos pequeños matices. El caso es que muy bonito, con un punto novedoso en el acompañamiento de mahonesa de Dijon, pero demasiado frío y compacto para poder tomarle el gusto en su justa medida. Al igual que en el plato anterior supongo que estaría hecho de antemano y lo han sacado del frigo a la mesa.

Makisuhsi de atún y aguacate

El bacalao nada del otro mundo, pasado de cocción y, para mi gusto, el maridaje con las habas baby escasamente acertado. El acompañamiento de jamón (triturado y crujiente) muy bueno, pero se come el sabor del bacalao.

Bacalao, jamón y habita baby

A estas alturas, dos y cuarto pasadas, llegan los primeros clientes y se ocupan cuatro mesas. El ambiente en el restaurante sigue siendo frío, distante.

Otra cervecita, otro vinito y la última bala en la recamara presta a ser disparada: salmón fresco con ñoquis y crema de centollos (4,50 €).
Craso error, nos lo podíamos haber ahorrado, baste decir que los ñoquis no sabían a nada, yo es la primera vez que pruebo un ñoqui, pero supongo que a algo tienen que saber.
La crema de centollo ni fu ni fa y el salmón requetepasado. En un tris estuve de haberme batido en duelo con el de negro: Camarero, retire esto de mi mesa so pena de recibir una tumba de plomo.
Pero lo deje para mejor ocasión.

La apoteosis final.

Conclusiones:
Falta de rodaje y mimo.
Ambiente muy frío.
Ninguna tapa redonda.
Excesivamente caro.

Me quedo con la pringá de Romerito

PUNTUACIÓN DEL ESTABLECIMIENTO: 5,5

Gracias por leerme

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1 comentario:

  1. Creo que para lo que te has gastado, la preparación de los platos no son demasiado complicadas, es más, si yo hubiese sido el camarero, te haría esperar unos minutos y así parece que acabo de hacerlo. Totalmente contigo, muy...muy....muy caro.

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