El puente de
Andalucía lo hemos dedicado a darnos un
garbeo por la serranía de Ronda. A pesar de estar a un tiro de piedra de
Sevilla ni Eva ni yo la conocíamos.
Aprovechando que el
viernes es mi día bueno en el instituto, salimos tempranito de campavia en
dirección a Zahara de la Sierra y Setenil de las Bodegas. Preciosos ambos, uno
por su castillo coronando el pueblo, el otro por sus casas enclaustradas en las
rocas del tajo del río Trejo. Subimos hasta la punta más alta del castillo y
recorrimos todas las empinadas calles de Setenil buscando imágenes pintorescas.
Vista panorámica de Zahara de la Sierra. La subida al castillo un puntazo.
Desayunamos opíparamente
en la plaza del ayuntamiento de Zahara para coger fuerzas antes de subir al castillo
y nos tomamos una cervecitas en el mercaillo de Setenil bajo un porticado natural
de rocas que acojona sólo de pensar lo que tenemos en lo alto.
Después de una mañana auténticamente
rompepiernas, la primera reflexión que me viene a la cabeza es lo llanita que
es Sevilla. Aquí, en esta hermosa serranía gaditana, los pueblos están en lo
alto de los cerros, mientras más empinados mejor, buscando el cielo con las
manos.
No sabía yo lo acertado
de mi predicción, lo que me esperaba en este andarín periplo.
Siguiente destino: Ronda.
Ronda es otra cosa, una
ciudad. El hotel está situado estratégicamente junto al puente nuevo, en plena pared
del tajo; la habitación colgada sobre él. Las alturas y yo tenemos un problema
de comunicación, no nos entendemos bien, es más, hay un cierto antagonismo
entre nosotros y yo prefiero que cada uno vaya por su cuenta. Durante las dos
noches que dormí en el hotel lo hice en la cama más alejada de la ventana y no me acerqué a menos de un metro de la ella; y en cuanto a los miradores sobre el tajo que salpican la ciudad no tuve el gusto de hollarlos,
era acercarme y me entraba un nosequé
por la barriga que me impedía el menor movimiento aproximatorio.
Vista desde la ventana de nuestra habitación. 90 metros en caída libre
También anda bien
apañadita Ronda de cuestas. Para visitar el casco antiguo, pasar por el puente
viejo, ver los baños árabes, recorrer la muralla, recrearse en callejones y
palacios, etc. se necesita haber ingerido previamente , como Popeye, un par de
latas de espinacas so penar de fenecer en el intento.
Ronda es un inmenso restaurante,
la zona junto al tajo y la plaza de toros, tiene más bares por metro cuadrado
que la más prolífica zona de Sevilla, que ya es un decir. Ahora la moda, en los
ambientes más juveniles, es cervecita y tapa dos euros, en algunos sitios con
una muy amplia selección de buenas y atrayentes tapas.
Eva asomada al ruedo de la plaza de toros
Nosotros teníamos referencia
de un sitio específico, un bar de nuevo cuño, montado por Diego, un antiguo cocinero
del muy afamado restaurante Tragabuches que harto de trabajar para otro decidió
hacerlo para él mismo: Traga Tapas,
en pleno centro, entre la plaza de toros y el puente. La primera referencia directa
me la dio el conserje del hotel: muy buen
bar, algo carillo, pero nosotros, la gente de ronda no vamos a esos sitios.
Imagen de la sala del bar
Eva y yo sí vamos. Fuimos
el primer día y repetimos la noche siguiente y yo no se si eran gente de Ronda
o no, pero aquello estaba a rebosar.
El servicio, la
atención, el local, los productos, la presentación de los platos, todo, a la
altura de los mejores gastrobares sevillanos. Los precios muy normalitos, de caros nada:
Primera noche:
Queso Brie panne frito (1,60 €)
Brocheta de pollo con coco y curry (1,75 €)
Taco de salmón marinado con vainilla (2,70)
Cervezas (1,40 €), copa de vino Izati (3,20€)
La segunda noche nos
decidimos por raciones:
Huevo de ganso sobre fondo de patatas y verduras con morcilla de
cebolla (13 €)
Tempura de langostinos y verdura (17 €)
No fuimos capaz de
acabar con la tempura, la cantidad que nos pusieron fue sencillamente
impresionante, una montañita de verduras y langostinos, y, muy a pesar nuestras, tuvimos que dejar casi una tercera parte.
Montañita de tempura. La foto no hace honor al tamaño
No se si alguien que
lea esta entrada visitará Ronda próximamente, pero de hacerlo no deje de darse
un paseo y homenajearse como es debido en este bar.
El puente lo acabamos
visitando el domingo por la mañana el Torcal, haciendo dos rutas: la verde de
1,5 kilómetros por nuestra cuenta y la de los anmonites de 4,6 km con un guía.
Vimos cabras montesas y, para no perder las buenas costumbres, subimos y
bajamos por peñascales hasta que nos dolían las corvas y los gemelos. Más que pies parezco que tengo pezuñas de tanto saltar entre riscos.
Posando junto a la "seta"
Acabamos la tarde en el
parador de Antequera, siesta reponedora y, de nuevo, nos pegamos un buen tute para visitar el alcázar y
el casco antiguo. Por cierto Antequera está desierta de bares,
sorprendentemente los bares brillan por su ausencia, nada de nada, y los escasísimos
que hay son tela de cutres.
El lunes visita a la
plaza ochavada de Archidona , el pueblo de la famosa historia de El cipote de Archidona y para casita a reponer fuerzas.
Plaza ochavada de Archidona
Por la tarde partido de pádel para no perder las buenas costumbres
PUNTUACIÓN DEL ESTABLECIMIENTO: 7
PUNTUACIÓN DEL ESTABLECIMIENTO: 7
Qué pedazo de blog Ricardo!!! Me has alegrado la mañana!!! Ánimo para seguir con este nivel desprovisto de pretensiones y artificios. Sencillez, claridad, familiaridad, un sitio ameno y cercano para los amantes de vivir (comiendo y bebiendo, si no mal vamos...). Saludos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, tu bien lo has dicho sin comer, beber y .... mal vamos
EliminarEnhorabuena Ricardo, por un blog de lo más ameno, divertido e interesante. La sencillez y el humor es lo más dificil de conseguir cuando uno se pone a escribir...bueno, y en todo. Y cómo te entiendo en ese problema de feeling con las alturas...chico, que no me encuentro en lo alto...me apunto cada sugerencia para próximos viajes. Y te dejo mi blog por si también te resulta interesante: http://errabundeando.wordpress.com/ ¡Un saludo!
ResponderEliminarGracias por el comentario que has dejado, acabo de leer tu entrada y me traen recuerdos de hace unos años cuando recorrí Costa Rica con mi mujer y mi hija mochila en ristre, 21 hermosos días por Cahuita, Bocas del Toro (Panamá), Monteverde, Volcán Arenal, Punta Tambor, Manuel Antonio, etc. Inolvidable. Tengo escrito un librito que quizás algún día publique en el blog. Felicidades por tu trabajo
EliminarEs verdad que hasta hace nada Antequera un domingo por la tarde era el desierto del Sahara, con muchísimos bares cerrados. Desde hace unos años el Ayuntamiento está incentivando que abran los fines de semana a cambio de no cobrar el impuesto de terrazas. En lo de que todos son cutres no podemos estar de acuerdo, quizá una parada en el restaurante Arte de Cozina o en la barra de Arte de Tapas o un café en La Antequerana os hubiese hecho cambiar de opinión. En lo que sí estamos de acuerdo es que Ronda es mucha Ronda. Saben conquistar al turista. Esperamos que al menos disfrutaráis con El Torcal y con nuestra bonita ciudad.
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