Esta entrada está dedicada a Mª Jesús y Sevi (sí, el que juega peor que yo al padel, pero que me da tres vueltas en esto del buen comer), gracias a su insistencia Eva y un servidor hemos disfrutado de este templo gastronómico.
Empezamos:
La mañana del sábado esta tela de chunga con la lluvia, óptima para quedarse en casa en pijamita, leerse en profundidad los programas electorales, reflexionar concienzudamente sobre los mismos y luego decidir a quién de los dos prendas voto mañana. Los pelos se me ponen de punta con solo pensarlo.
Vade retro, con agua y todo estoy en la calle a la voz de ya.
Destino bar Gastromium, en la calle Ramón Carande nº 12. En el barrio de El Porvenir
Interior del bar
Como su página web bien indica es un restaurante reconvertido en bar de tapas, aunque hay una zona que sigue siendo restaurante. El sitio es espectacular, por algo ganó el premio FAD 2009 de interiorismo y arquitectura, como reconoce el premio “por la originalidad, racionalidad y orden aplicado en un proyecto para un restaurante de cocina de autor, a través de un repertorio formal que transforma el espacio mediante la geometría, los espejos y la luz”. El local, ubicado en el popular barrio de El Porvenir ha conseguido aunar vanguardia y habitabilidad por lo que el restaurante de Miguel Diaz, Ernesto Malasaña y José Luis Carabías se ha convertido en una referencia en la arquitectura gastronómica actual. Esto es lo que dicen los del premio.
Nos sentamos en una mesa alta y amplia junto a unos ventanales que inundan de luz el edificio; al otro lado del cristal unos esplendidos jacarandás ponen el contrapunto de color en este triste día. Para hacer boca dos cervecitas servidas en la típica caña sevillana (1,30 €/u) y decidimos la primera tapa:
Tacos de lomo bajo de buey con boletus sobre suave puré de patatas. (5,90 €). Todas las dudas que albergaba sobre el bar se me disipan como por encanto, la presentación muy cuidada, en un plato hondo blanco con bordes alzados y desiguales; al fondo el puré y sobre el los tacos de buey y los trozos de Edulis. Un manjar. El buey tan en su punto que hasta Eva repitió. Los boletus como siempre, deliciosos.
Tacos de buey con boletus sobre suave pure de patatas
Seguimos con lasaña fría de boquerones (3,90 €), una orgia para el paladar por la cantidad de sabores distintos y frescos que afloraban en la boca cada vez que le metías el diente, de pronto sobresalía el sabor escabechado de los boquerones y al siguiente bocado era el del tomate horneado o la patata caramelizada del fondo, amén de cebollinos y otras hierbas aromáticas que mi parco paladar no me permitió distinguir. Un gustazo.
Lasaña fría de boquerones
Otra cervecita y Carpaccio de gambas con almendras e higos (4,50 €). Ves llegar la tapa sobre una pizarra negra (es la moda) y te quedas como cuando ves un cuadro de Miró: lienzo blanco moteado con trocitos de color y ondulaciones subliminales. El fondo son las gambas previamente machacadas con el fondo de un cazo sobre papel sulfurado, congeladas y vueltas a descongelar, según me explica puntualmente mi amigo Ernesto (buen tipo este Ernesto), sobre la lámina gamberil emergen trocitos de almendras e higos cuarteados, las inefables hierbas y leves líneas de reducción de balsámico de Módena. Si alguna vez visitáis este bar no cometáis el sacrilegio de no probarlo, de no llevaros a la boca este manjar.
Cervecita, vino y rematamos con una ración de Arroz cremoso con castañas y pato (11 €). Cremoso de verdad de la buena, yo creo que si le doy la vuelta al plato, el arroz no se cae. De gusto ni te cuento, el pato (rodajas de lomo braseado sobre el arroz) tierno y jugoso, las castañas no se ven pero se sienten. El bueno de Ernesto (joe, cada vez me cae mejor este Ernesto) me comenta que la base del arroz está hecha con la grasa del pato, de ahí su untuosidad y sabor. Chipén de bueno.
Total cubierto e IVA incluido: 36,80 €. Francamente bien de precio.
Que poco crítico soy, me estoy dando cuenta que a mí me gusta to, pero to de to.
Mi mujer lleva razón: “Tú, así no haces carrera”
Que le vamos a hacer, seguiré dando matemáticas.
Gracias por leerme
Anímate y déjame un comentario
Ernesto Malasaña ya no trabaja en Gastromium - ha abierto un bar en Alameda...ese pudo ser mas bien Ernesto Diaz.
ResponderEliminarEfectivamente, después de comprobar la foto en internet veo que no es Ernesto Malasaña.Gracias por la información
ResponderEliminarYo también lo conozco y la verdad es que tienen buen servicio (no me refiero al baño) y se tapea de maravilla. Lo recomiento y a mí también me gusto "to"
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