DE COMIDAS VA LA COSA
Sin lugar a ninguna duda una de las grandes satisfacciones de los
viajes es disfrutar de la gastronomía de los sitios que se visitan y en mi caso
particular este deleite tiene una importancia vital, es más, muchos de los viajes
que programo tienen este objetivo como fin supremo.
Una de las grandes bazas que juega Perú en el concierto turístico
internacional, aparte de Machu Pichu que es la auténtica joya de la corona, es
su gastronomía. La cocina peruana se ha posicionado sólidamente en el top five
mundial, junto a otras que llevan mucho tiempo ocupando ese lugar de
privilegio: francesa, española, china, mexicana e italiana. Rizando el rizo y
siendo más papistas que el Papa, en algunos foros vanguardistas la colocan en
cabeza por su frescura e innovación. Yo me permito discrepar sustancialmente de
esa opinión. Me parece demasiado premio para tan poco bagaje; creo que le falta
recorrido y diversidad. Pero bueno esto es secundario para lo que viene, que es
mucho y rico, rico como diría Arguiñano.
Durante los 28 días de mi estancia en el país he tenido el placer de
degustar muchos platos y de muchos sitios distintos, del altiplano, selváticos,
capitalinos, de fusión japonesa o china, exóticos, etc. También he visitado un
notable número de restaurantes eligiendo siempre los que las críticas de
Internet hacían más deseables, excepto en Lima, donde me he dejado aconsejar
por mis amigos residentes allí.
Sin duda alguna, de todo lo que he probado, hay un plato estrella que
brilla por encima de los demás a mucha diferencia de ellos: El ceviche, ese mismo
plato que antes del viaje en la oficina de Sanidad Exterior, cuando fui a
vacunarme, me recomendaron que lo eludiera para evitar posibles trastornos
digestivos. ¡Anda que el caso que le hicimos! El ceviche es simplemente una
maravilla en su simplicidad: pescado blanco recién cogido, ligeramente salado y
marinado durante unos diez minutos en jugo de limón peruano y presentado
posteriormente, una vez semiescurrido, acompañado con un poco de ají picado,
maíz tierno y mucha cebolla morada muy finamente picada.
He catado ceviches con muchos tipos
de pescado de mar y sobre todo de río. Casi siempre cuando la base era un
pescado marino éste era corvina; cuando se trataba de uno de río he comido
mucha trucha, y en la Amazonía casi siempre era de paiche o doncella, que ni
uno ni otro sé lo que son. El que menos me ha gustado ha sido el que en
principio tenía más fama de todos: el de conchas negras, que como su nombre
indica está hecho con la carne de una gran almeja negra. Lo he tomado en Lima
en el restaurante La Mar, en Colán y en Cusco, y en ninguno de los tres sitios
me ha entusiasmado; demasiado fuerte su preparación y condimentos.
¡Viva el ceviche y la madre que lo parió!
Como degustaciones más exóticas
tengo que recordar el cuy al horno que probamos Eva (no mi mujer, la hija de
Ana) y yo en un restaurante de los soportales de la Plaza de Armas de Cusco.
Nos gustó a ambos, no para tocarle las palmas, pero estaba bueno, con un sabor
muy similar al famoso cochinito al horno que se estila en Segovia.
En Puno, en el restaurante Motsa, sin duda el mejor de la ciudad
con diferencia, me pusieron un espectacular lomo de alpaca, en su punto, tierno
y sabrosísimo.
Entre las cosas más raras que me
he metido entre pecho y espalda, digamos que en lo alto del escalafón en cuanto
a cocina estrafalaria, está sin duda la ración de “carapalo” (léase armadillo) del restaurante “El Mono y la Gata”, en un colmado de la selva cerca de
Tarapoto. Este lo probamos en un acto de auténtica valentía mi hija y yo; el
resto se negó categóricamente. No guardo un buen recuerdo gastronómico de la
experiencia. La carne no me gustó del todo por el regusto a grasilla un pelín
rancia que desprendía.
Dejando aparte el ceviche, si
hablamos de platos que realmente me han gustado mucho, mucho podemos citar:
·
El Tiradito de pez “ojo de perdiz” (un
tipo de corvina) que probamos en un bar cerca del parque Kennedy en Lima. Los
tiraditos son como nuestros carpachos. Este venía con una salsa amarilla de
quién sabe qué cosa.
·
El Enrolladito que nos pusieron en
Tarapoto en el restaurante La Patarashca
con una salsa blanca superbuena. Es un pescado, creo que en este caso fue
doncella, enrollado y relleno.
·
El Pulpo al olivo que por dos noches seguidas
cené viendo correr a Usain Bolt en el restaurante Chalet Venecia, junto al hotel Casa de Palos Boutique, donde nos
hospedábamos en Tarapoto. Pura comida nikkei. Algunos le otorgan la autoría del
plato a Gastón Acurio.
·
Los Taca Tacu de los restaurantes Punto Azul en Lima y La Tomasita en Piura. Delicioso plato
que consiste en arroz cocido y menestras del
día anterior mezclados hasta formar una masa homogénea bajo el calor de una
sartén con ajos, cebolla, comino, pimienta y trozos de carne. Las menestras normalmente
son frejoles aunque también pueden ser pallares o lentejas.
·
El pulpo al carbón del restaurante La Mar en Lima, del gran pope de la
cocina peruana Gastón Acurio. Este
restaurante ha llegado a estar en el número 15 de los mejores restaurantes de
Sudamérica.
·
El Chicharrón de pollo de la Huaca Pucllana en Lima. Chicharrón es
cocinar a base de fritura, aunque esta no se suele hacer con aceite de
oliva,sino con manteca de chancho, léase cerdo. Hay muchos establecimientos
especializados llamados Chicharronerías donde éste es el producto estrella.
También en muchos lugares ponen chicharrón de pollo y de pescado, generalmente
calamares.
·
La Causa rellena que probamos en el
restaurante La Mar. La causa es un plato muy popular a base de papa amarilla,
ají verde y choclo, un maíz peruano. La preparación admite diversas variantes.
Tiene origen precolombino y posteriormente en la época del virreinato se le
agrega el limón. Actualmente se le añade mayonesa
Evidentemente probamos muchas
más comidas, veintiocho días dan mucho de sí, y a fe mía que nosotros lo
aprovechamos bien, pero bien, bien… En todo Perú cocinan el arroz de maravilla,
casi siempre en un punto entre paella y caldoso, sin ser ni lo uno ni lo otro.
Arroces de todo tipo pero fundamentalmente con marisco y con pato. Al arroz con
marisco lo suelen aliñar con un punto de cilantro que a mí me encanta. En Punto Azul comimos un Arroz
verde espectacular y otro Arroz Chaufa que hizo las delicias
de mi hija.
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Otras comidas típicas que hemos
degustado han sido:
·
Lomo Saltado.
Plato singular que nace de la fusión de la cocina peruana y china cantonesa.
·
Ají de gallina. Surge de la mezcla de ingredientes españoles y quechuas. El pollo se
desmenuza y se mezcla con un preparado sencillo a base de caldo, ají verde,
leche y pan, y se sirve con papas amarillas, aceitunas, y huevo duro. Tiene un
sabor picante. Es muy fácil de preparar.
·
Rocoto relleno.
Se prepara usando como base
un rocoto, un fruto similar al ají, y se coloca un relleno de carne picada y se
agregan otros ingredientes. Tiene un sabor entre picante y dulzón.
·
Anticuchos. Es
carne (el original es de corazón de res) aderezada de forma especial en ají
panca, ensartado en un palito de caña. Forma parte de la parrillada y se
acompaña de choclo, papa y ají. Son como
pinchito de corazón de vaca.
·
Papa a la huancaína. Es un plato típico e histórico de la cocina criolla
peruana, compuesta por papa sancochada (cocida), bañada con salsa de ají molido,
leche, aceite y queso fresco. En su presentación clásica se acompaña por huevos
duros, aceitunas negras y hojas de lechuga.
En cuanto a los acompañamientos de las comidas, el rey es el arroz, sin
desmerecer al plátano frito, la papa sancochada (cocida) y el maíz.
Mención aparte merecen las
Chifas, la últisima revolución
gastronómica de Perú.
Chifa es un término utilizado en Perú para
referirse tanto a la cocina traída y adaptada al paladar local por los
inmigrantes chinos en dicho país, a inicios del siglo XX, como también para
denominar a los restaurantes donde esta comida es servida. El chifa ha evolucionado
enormemente y ha adquirido una personalidad propia, incorporando a la cocina
peruana ingredientes hasta entonces desconocidos como la salsa agridulce, el arroz chaufa, las
suaves sopas y otras preparaciones de esta cocina milenaria. También el jengibre y la salsa de soja.
La experiencia que nosotros
tuvimos en una chifa no fue del todo halagüeña. A Rocío y a mí no nos desagradó,
pero al resto no les gustó ni un pelo. Demasiada monotonía en los sabores y
mucha salsa embadurnándolo todo, fueron sus opiniones.
Si la comida tiene un precio
bastante barato para los cánones occidentales, es decir, para el bolsillo de un
europeo, no se puede decir lo mismo con las bebidas alcohólicas. La cerveza que
se suele tomar tiene el tamaño de un tercio y las tres marcas que dominan el
mercado (Callao, Pilsen y sobre todo Cusqueña) están entre dos y cuatro euros.
En algunos sitios, no en todos, también ponen cervezas un poco más grandes, de
600 mililitros que salen algo más baratitas.
Del vino ni hablo, absolutamente
prohibitivo; una botella de Rioja o chileno, normalitas, suben de
los veinte euros. No caté ni una gota durante todo el viaje. Otra cosa
bastante sorprendente es que los peruanos en general no comen con cerveza o
vino, tampoco con agua, lo hacen con jugos, que pueden ser de frutas o de
chicha morada. Enormes vasos que constantemente están rellenando mientras
comen. La preparación tradicional de la chicha consiste en hervir el maíz
morado en agua junto
a la cáscara de la piña y trozos de membrillo,
adicionándole una pizca de canela y clavo de olor.
Una vez hervida la preparación, se cuela y
deja enfriar para agregarle azúcar (o chancaca),
fruta picada y limón.
No puedo acabar esta entradita sin hablar del gran pope de la cocina
peruana, del hombre que ha logrado que en todo el mundo se hable de ella, del
gran Gastón Acurio. Para ello suscribo algunas de las palabras que le dedica
Wikipedía:
Gastón Acurio Jaramillo (Lima, 30 de octubre de 1967) es un reconocido chef, escritor, hombre de
negocios y el más importante promotor de la gastronomía
peruana. Desde la
inauguración de su restaurante Astrid & Gastón en 1994 en Lima, Acurio ha abierto 34
restaurantes dedicados a diferentes especialidades de la comida peruana, en 11
países alrededor del mundo.
En el 2007 Acurio funda la
Escuela de Cocina de Pachacútec, dedicada a formar como cocineros y mozos a
jóvenes de bajos recursos. Durante el 2015 anuncia también un proyecto conjunto
con la Pontificia Universidad Católica de Perú de educación gastronómica. En
2009 crea la Feria
Gastronómica Internacional de Lima, Mistura. En poco tiempo Mistura se convierte en una de las tres
ferias gastronómicas más importantes del mundo y en un fenómeno cultural
peruano.
Hoy Acurio lidera una compañía con más de
3.000 empleados, presente en 13 ciudades distintas con 11 conceptos y marcas
diferentes.
Un artista en toda regla. En las
fechas en que estuvimos en Lima cientos
de operarios le estaban dando los últimos toques a Mistura, que abría sus
puertas a principio de septiembre. Un espacio impresionante con un montonazo de
pabellones junto a la costa, debajo mismo del malecón de Miraflores en Lima.
Nosotros tuvimos la suerte de poder almorzar y disfrutar en uno de sus
restaurantes Cevichería La Mar. La Mar está considerado por la prestigiosa
Michelín como uno de los veinte mejores restaurantes de América del Sur. Una
autentica pasada.
Por último una pequeña relación de alguno de los restaurantes que visitamos
y a los que sin duda volveríamos.
Cierro este libro como cerramos el viaje, brindando con un pisco en un
concurrido bar de la calle Berlín. Brindando por los hermosos veintiocho días que
hemos pasado en esta estupenda y feraz tierra, por las personas que hemos
conocido y los hermosos lugares que hemos visitado, por las experiencias
vividas y los sabores probados, por las nuevas culturas conocidas, por los
olores que nos han impregnado, por ese pellizco que de vez en cuando sentíamos
en nuestras entrañas, por los límpidos amaneceres que hemos vistos en ignotos
lugares, por…
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La foto que sirve de portada al blog es de la tapa Lomo de sardina marinada sobre tosta de pimientos rojos del bar Tradevo en Sevilla
domingo, 15 de enero de 2017
VIAJE A PERÚ. ENTRADA 11. COMIDAS
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Qué buen viaje. Cómo deleita leer tus crónicas de viaje y sobre todo, de comidas. Sigue así, retando a nuestra mente a viajar mientras te leemos.
ResponderEliminarGracias Antonio por tu comentario y por tus ánimos. Efectivamente fue un gran viaje
EliminarLlevo como años en que lo tengo en mis Favoritos en sección Cocina. 2? 3 años? más? Ni idea. Pero hoy me he animado a escribir.
ResponderEliminarLo del viaje a Perú como que se sale, genial.
Me imagino su cara quedándose firando fijamente al perro que se escapaba con un buen trozo de carne entre los dientes, y los dos tíos que lo trincaron, le dieron unas patadas y se llevaron la carne sacudiéndola un poco para ponerla de nuevo a vender. Uau!
Y lo del viaje en coche por carreteras infernales con peñascos, tremendo.
Lo del armadillo, ese sabor, que valiente, yo pensaría que estaría bueno, pero eso de que está lleno de grasa y le da un sabor rancio, puaj! jejeje. Y con esa cubierta de proteción que tiene, bueno, es una vez en la vida que se prueba Armadillo. Olé!
Y que más?...muchas cosas, me ha gustado su descripción del viaje. Enhorabuena.
Gracias Alexis por el comentario, veo que le has dedicado un poco de tu tiempo y has leído las entradas del viaje, espero que las hayas disfrutado. Yo lo he disfrutado doblemente, cuando lo hice y cuando lo escribí. Con seguidores como tu me es imposible dejar de escribir.
EliminarHermoso blog!!
ResponderEliminarLos felicito