Si la Plaza de las Flores es el
epicentro murciano del tapeo no le va a la zaga la Plaza de San Juan, aunque en
esta zona los bares son más de raciones y platos que de tapas, nosotros lo
teníamos a huevo ya que la ventana de nuestra habitación en el hotel daba
precisamente a esa plaza y pudimos observar y sufrir el tremendo ajetreo que en
ella constantemente había.
Allí están La Pequeña, La
Parranda, El Torrao, etc restaurantes emblemáticos de la ciudad. Sólo estuvimos
un ratito en El Torrao tomando un par de cervezas y también allí el camarero,
un chavalito ecuatoriano lindísimo, se empeñó en que sus “gambas con
gabardinas” eran las mejores de la ciudad, así que no tuvimos más remedio que
probarlas y desde luego estaban mucho mejor que las otras del día anterior,
estas tenían un rebozado menos compacto, más tipo tempura y el grosor y la
calidad de la gamba era espectacular.
Con sabor a tempura |
Y lo encontré y di en el clavo.
Vini vidi vinci que diría cualquiera que supiese latín y aunque yo ni zorra
también lo suelto para quedar bien.
La Tapadera, en la calle Saavedra Fajardo nº 2, junto al cine Rex,
restaurante que según la guía
Tripdavisor ocupa el lugar 11 de los 608 restaurante murcianos.
El local hace esquina y no es muy
grande, sin embargo es lo suficiente cómodo y tiene una decoración bastante
ecléctica con un cierto ramalazo femenino. También todo el personal que se
encarga de servir son mujeres, incluida Mely, la jefe de sala, que fue la que nos atendió en
todo momento y con la que platicamos durante todo el ágape.
Tomamos un vino que ella nos
aconsejó, Mabal a 2,40 € la copa.
Mabal es un tinto joven 100% uva monastrel con denominación de origen Bullas y
del que yo no tenía ni remoto conocimiento ni del vino ni de la denominación.
Empezamos con Sardina sobre coca de pimentón con aire de
blody-mary 1,80 €. Obviamente yo, como soy el tonto de las sardinas, no
puedo dejar pasar la ocasión de probarlas allá donde me las ofrezcan y esta era
bastante espectacular con su espuma de aire por lo alto como para no caer en la
tentación. La sardina iba cubierta con una tapenade de aceitunas. La base de coca de pimentón me pareció demasiado
compacta (mi mujer no piensa igual) y el sabor de la sardina con su toque de
blody-mary muy interesante.
Los dos siguientes nos dejamos
aconsejar por Mely y de segundo pedimos Milhojas
de codillo con manzana verde y foie caramelizado 4,50 €. Un plato de
concepción bastante sencilla y no muy complicado de montar y que queda muy bien
estéticamente y da una buena mezcla de sabores en boca y encima a mí que el
codillo me encanta, pues miel sobre hojuelas.
Por último (llevábamos todo el
día de campavia y no era cuestión de abusar)
nos pedimos Lingote de pato a las
palomitas 4 €, un lingote, como su propio nombre indica, de carne de pato
confitada durante chorroscientas horas a baja temperatura, deshuesada,
compactada, rebozada en palomitas y sutilmente pasado por aceite. Este sí que
estaba para tocarle las palmas, fantabuloso.
El sitio es bastante interesante
y desde luego le pega veinte vueltas a los pijos de la Plaza de las Flores.
Ahora me toca descansar que he
realizado tres entradas en el blog en un par de días y esto es mucha tela para
mi body.
Es usted verdaderamente voraz, amigo mío. Un glotón redomado y relamiente. Por lo que leo en las tres entradas de fin de año ha sido un periplo pantagruelico. Que lo disfrute con alegría y nosotros que sigamos deleitándonos con sus crónicas
ResponderEliminarVoraz, glotón, zampabollos y todo lo que usted quiera. ¿Hay algo mejor bajo la luz de las estrellas? Sí, sí, ya se que hay algo mejor, d`pero de eso no estamos hablando ahora. Gracias por el comentario
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