Me ha costado pero al final lo he
conseguido. Llevo la tira de tiempo intentando visitar Vega 10, pero como
cierran los domingos y ese es el día en el que doy riendas sueltas a mi gula y
visito los bares para luego escribir estas paridas, pues que no había forma de
que me quedara un sábado sabadete en Sevilla y ahora siendo tiempo de setas
menos que nunca y no podía ser y, por supuesto, entre semana nada de nada. Los
días laborables son para trabajar, jugar al pádel, cocinar, trabajar, leer,
hacer la compra, trabajar, dormir, etc, etc; pero no para irse de parranda y ponerse morado
de tapitas; para eso están los sábados en el pueblo con los amigos y los
domingos en la capi con la parienta y punto.
Bueno, que este fin de semana Eva
y yo decidimos que nos quedábamos por
estos lares y aprovechando la ocasión, que por algo la pintan calva, reservamos
y como el día estaba espectacular nos fuimos dando un largo paseo allende la
otra orilla del río madre hasta que dimos con el templete gastronómico que andábamos
buscando.
Vega 10 se encuentra en la
calle Rosario Vega nº 10 teléfono 955 23 77 48, allí donde ya Triana pega los
últimos coletazos antes de encontrarse con los Remedios, llegando ya a la Plaza
de Cuba y aledaño a la calle Betis. Establecimiento que antaño albergó la Taberna Macuro y que
ahora ha cambiado por completo su filosofía apostando por una comida fusión con
amplios guiños a la comida peruana.
El local es chiquito y bien
aprovechado, con una amplia barra y paredes llenas de coloridos y grandes cuadros,
mesas bajas y aunque quizás estén demasiado próximas unas a otras no se está incómodo.
La carta está bien, no muy amplia pero sí ofrece un catálogo suficiente de
opciones muy variadas; aceptable carta de vinos. En la cocina ejerce de jefe el
chef argentino Alejandro Cautelier y de ayudante Jesús Cimas.
Con la caló que traíamos en el cuerpo del paseíto nos hemos tomado dos cervezas por barba a 1,20 € la caña que nos han sabido a gloría y ya comiendo hemos pedido una botella de Teta de la Sacristana 15 € un sabroso tinto alpujarreño. Con las cervezas nos han puesto unas aceitunas de acompañamiento.
Con la caló que traíamos en el cuerpo del paseíto nos hemos tomado dos cervezas por barba a 1,20 € la caña que nos han sabido a gloría y ya comiendo hemos pedido una botella de Teta de la Sacristana 15 € un sabroso tinto alpujarreño. Con las cervezas nos han puesto unas aceitunas de acompañamiento.
Hemos pedido los cinco platos de
golpe y hemos dejado al buen criterio del cocinero el orden y la cadencia del
servicio, que ha sido como sigue:
Ensalada cítrica con pollo Panko 4,30 €.
Generosa, con bastante naranja y
una buena combinación de distintas hojas de lechugas, rúcula, etc; bien aliñada
y el pollo superfino, crujiente y delicioso
Carpaccio de solomillo de buey con rúcula, marinado en café y vinagreta
de naranja 7,50 €
Nada que objetar del carpaccio, pero
el fondo sobre el que descansaban las finas lonchas de solomillo era el mismo
que la ensalada de cítricos del plato anterior incluido los trozos de naranja,
la novedad era que este llevaba una generosa porción de lascas de parmesano de
las que mi señora dio buena cuenta. Sinceramente creo que el camarero que nos
tomó la comanda nos debía de haber advertido de la similitud, salvando las
diferencias, de ambos platos y hubiésemos optado por otra opción de las muchas
que nos atraían de la carta.
Ahora, a toro pasado, hubiese
pedido el carpaccio y dejado la ensalada.
El carpaccio con las lascas de parmesano |
Sin las lascas de parmesano, obviamente no hay color |
Muy bueno, el mango aporta un
novedoso contraste de sabores, y yo soy un loco del cilantro y del pescado
crudo. Fácil me lo pusieron.
El cuarto plato estaba fuera de
carta Caballa con pilpil de avellana y
tomates asados 4,60 €.
Sin dudarlo el mejor de todos, la
caballa en un punto perfecto de cocción, sin un atisbo de raspa y el
acompañamiento delicioso. Para repetir una y dos veces.
Por último nos pusieron Macarrón Toro 3,90 €
El Macarrón toro es su tapa
estrella, premiada y reconocida. Sin dejar de estar buena, lo estaba de verdad,
me desilusionó un poco; me gusta la pasta más fina y con un tratamiento algo
más barroco que una simple cocción, tipo el canelón crujiente de cola de toro
del Catalina, aunque para los puristas de la pasta mis gustos culinarios sean de lo más heterodoxo,
que se le va a hacer. De nuevo lo pusieron con lascas de parmesano.
En total la cuenta ha sido 46,70 € y ahora, repasándola mientras escribo
estas líneas, me percato de que me han colado 2 euros por servicio de mesa y me
molesta mucho que esta costumbre se haya extendido como una mala plaga ¿Con qué
quieren que coma , con los dedos? ¿Acaso el pan no es parte integral de la
tapa? Si me hubiese percatado en el momento me hubiese negado a pagarlo y que
hubiese salido el sol por Antequera.
A partir de ahora campaña
anticobro por servicio de mesa.
La sensación con la que he salido
es que todo estaba bastante bien, pero nada me ha producido un enamoramiento
repentino ni, dos días después, siento especial añoranza por alguno de los
bocados que probé.
Por D. Andrés Santamaría Santigosa.
CATA DE VINO: Teta de la Sacristna
Por D. Andrés Santamaría Santigosa.
El que les habla ha
de reconocer que es bastante amigo de los nombres llamativos y las etiquetas
curiosas en esto del vino. Creo que no es un asunto baladí. En muchas ocasiones
te llevan a decantarte por un vino cuando las dudas te asaltan. En los últimos años,
son muchas las bodegas que han optado por poner nombres “curiosos” a sus vinos
(en alguna otra reseña podré dar un listado de algunos de los más ocurrentes, a
mi juicio), o de emplear etiquetas novedosas (no es éste el caso del vino que
nos ocupa, sobriedad total en cuanto a ello)…Pero vayamos al tema. Tenemos aquí
un vino de la tierra de Laújar-Alpujarra, zona cada vez más de moda a pesar de
que a más de uno/a le suene raro un vino tinto de esos lares. Coupage de
tempranillo, merlot y cabernet en el que predomina la primera; y eso se nota.
Se trata de un vino de un rojo intenso, de aroma a fruta madura (ahí está la
tempranillo) y algún recuerdo al tostado de la maderas en las que ha reposado.
Presenta una buena acidez y un tanino suave y poco astringente. En suma, Tetas
de la Sacristana es un tinto muy peculiar, de precio asequible,
agradable, digno de tomar (al menos una vez). Marida bien con casi todo,
especialmente cerdo, setas, etc.; yo lo probé con unas lentejas y la combinación
resultó interesante.
Tomo nota del sitio,lo que me ha gustado mucho es la descripcion de los platos.
ResponderEliminarGracias por el cometario amigo
EliminarSi cobran el servicio de mesa podríamos llevárnoslo a casa no? Un trocito de la mesa, los cubiertos, qué sé yo. Sólo hasta que aprendan y dejen de cobrar lo obvio. Ay, señor, señor! Un abrazo.
ResponderEliminarPara la próxima que me cobren me pido la copas de vino, que ultimamente se me han roto algunas. Un beso Belén, por cierto ¿como llevas tu nuevo e inmersivo hobby?. ¡Leches he tenido que buscar en google como se escribía hobbye, porque no he escrito afición!
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