Este fin de semana me he dado
plenamente cuenta de que los establecimientos que yo frecuento son chichinabos (con
perdón) comparados con los que juegan en la categoría superior; es más y muy a
pesar mío he constatado que no siempre uno más uno es dos. En este caso dos es
mucho más que uno más uno, en dos caben una buena retahíla de unos.
Trampantojo marino. Todo los embutidos están hechos con productos marinos. Una pasada. |
El viernes tuve la suerte de
comer en Aponiente, el restaurante dos estrellas Michelín del restaurador ÁngelLeón especializado en productos del mar. Esta venturosa fortuna se debió a la extrema
generosidad de mis dos hermanas que para celebrar mis sesenta cumpleaños nos
regalaron a Eva y a mí esta fastuosa orgía de sabores. Nunca les estaré lo
suficiente agradecido.
Sito en El Puerto De Santa María en un viejo molino de marea de piedra ostionera rehabilitado, Aponiente es un espacio escénico difícilmente superable. Yo no frecuento estos sitios, pero dudo muy mucho que haya otros platós gastronómicos con la prestancia, presencia, mimo y otras muchas cosas que este tiene. Cuidado al detalle y los detalles hasta la perfección.
El menda a la entrada |
Sito en El Puerto De Santa María en un viejo molino de marea de piedra ostionera rehabilitado, Aponiente es un espacio escénico difícilmente superable. Yo no frecuento estos sitios, pero dudo muy mucho que haya otros platós gastronómicos con la prestancia, presencia, mimo y otras muchas cosas que este tiene. Cuidado al detalle y los detalles hasta la perfección.
Una de las muchas esculturas del pasillo |
Mientras una chica adorable te
acompaña desde recepción hasta el salón después de agasajarte con una bebida,
te va explicando los entresijos del
pasillo: aquí los restos de una de las piedras del antiguo molino, estos son
acuarios, los espectaculares servicios, las distintas esculturas y las cocinas:
primero los reposteros, luego el panadero y por último la gran cocina salada
donde un mogollón de artistas maniobran como un pequeño ejército perfectamente
engranado.
Cuando llegamos al salón nos deja en mano de un compañero impecablemente vestido con un traje negro que de nuevo nos da la bienvenida (es el cuarto) y nos acompaña a nuestra mesa y nos acomoda ceremoniosamente en las enormes sillas metálicas con respaldar imitando la cola de un pez. La mesa es para nosotros dos pero en ella caben holgadamente seis personas.
El largo pasillo, al fondo el comedor |
Cuando llegamos al salón nos deja en mano de un compañero impecablemente vestido con un traje negro que de nuevo nos da la bienvenida (es el cuarto) y nos acompaña a nuestra mesa y nos acomoda ceremoniosamente en las enormes sillas metálicas con respaldar imitando la cola de un pez. La mesa es para nosotros dos pero en ella caben holgadamente seis personas.
El salón. Los respaldos de las sillas en forma cola de pez. Detalles marinos por todos los lados |
El salón es enorme y en él hay no
más de catorce o quince mesas y al menos otros tantos camareros todos impolútamente
vestidos de riguroso negro que atienden a los veinticinco o treinta comensales
que estamos, atentos al mínimo detalle y cronométricamente compasados en sus
actos. Te quedas un poco alelado cuando compruebas que te ponen y te quitan los
platos de la mesa dos camareros a la vez,
con una asombrosa exactitud en un gesto mil veces repetido.
Huelga decir que nos cambiaron los cubiertos y platos en cada uno de los bocados que íbamos probando y hasta las servilletas cuando pasamos de lo salado a lo dulce.
La cocina a plena vista |
Huelga decir que nos cambiaron los cubiertos y platos en cada uno de los bocados que íbamos probando y hasta las servilletas cuando pasamos de lo salado a lo dulce.
La carta tiene sólo dos menú
degustación y nosotros ya sabíamos que íbamos a pedir el Menú Mar de Leva, el largo. De bebida pedimos una botella de Margarito y Amapolo un tinto andaluz con
cincuenta por ciento de tintilla de Rota. Por cierto, el sumiller que nos
atendió, exultantemente joven, tuvo el enorme mérito de estirar-estrujar la botella hasta que llegamos a los postre.
Cada dos o tres platitos nos escanciaba apenas un dedo. Un artista el menda.
No tengo la intención de analizar
lo que comimos, sería presuntuoso por mi parte ponerle el mínimo pero a la
variedad tan bestial de sabores que probé, simplemente decir que disfruté,
disfrutamos, como dos enanos y nos deleitamos con una autentica sinfonía de
sabores marinos.
Empieza el espectáculo.
Tortillita de camarones.
Las tortillitas no estaban fritas, eran a la plancha y finas como el papel de seda.
Las tortillitas no estaban fritas, eran a la plancha y finas como el papel de seda.
Dulcería Marina
De nuevo un trampantojo genial. Cuatro dulces que no lo son: San Marcos de Coñeta, Carmela blanca, Carmela de choco y polvorón de plancton. El primero hecho con congrio, el segundo de erizo, el tercero de choco y el último de planctón. Una pasada
De nuevo un trampantojo genial. Cuatro dulces que no lo son: San Marcos de Coñeta, Carmela blanca, Carmela de choco y polvorón de plancton. El primero hecho con congrio, el segundo de erizo, el tercero de choco y el último de planctón. Una pasada
Matanza en alta mar: chacinas frías
Este es el momento en el que Ángel León se acerca a tu mesa con la mesa de chacina, te saluda y te corta alguna rodaja de lo que al él le parece. A nosotros nos puso "lomo", paté" y "mortadela". También es el momento en el que se me queda el móvil bloqueado y las fotos que le hice cortando los embutidos se fueron a garete. Porca miseria
Tortilla de camarones + Descarte a la roteña
Este plato era dos en sí. En la cuchara una esferificación de una tortilla de camarones y unos camarones liofilizados y al lado un sashimi de no se que pescado sobre un bombón de no que cosa.
Ensalada de arbustos marinos y cañaillas
Una pasada el colorido de este plato. Antes te lo preparan junto a la mesa, extraen las cañaillas y las incorporan a la sopa-ensalada de algas. Precioso el colorido y de lo bueno que estaba no digo na de na.
Una pasada el colorido de este plato. Antes te lo preparan junto a la mesa, extraen las cañaillas y las incorporan a la sopa-ensalada de algas. Precioso el colorido y de lo bueno que estaba no digo na de na.
Sopa fría de escabeche
Una sopa fría de mejillones en escabeche y gazpachuelo malagueño. El sabor de los mejillones, pequeñitos, potentísimo.
Ostras encominadas
La cascara de la ostra realizada con regaña, el caldo con regaliz, zanahoria y un punto subido de comino. El plato un punto filipino.
Caballa
Caballa encevichada con maíz liofilizado y leche de tigre elaborado con cebolla.
Durante toda la comida el panadero se paseaba por el saló ofreciendo las distintas variedades de pan que iba confeccionando: de pasa, con zurrapa de atún, con plactón, normalito, etc, etc
Durante toda la comida el panadero se paseaba por el saló ofreciendo las distintas variedades de pan que iba confeccionando: de pasa, con zurrapa de atún, con plactón, normalito, etc, etc
Rablé de atún
Rablé (es un corte especial para sacar los lomos) de albur con reducción de espinas tostadas, envuelto en una fina lámina de criadilla de tierra.
Rablé (es un corte especial para sacar los lomos) de albur con reducción de espinas tostadas, envuelto en una fina lámina de criadilla de tierra.
Risino
Risino (pasta italiana a semejanza del arroz) en salsa de berberecho y planctón crujiente. Este me dejó ojiplático.
Risino (pasta italiana a semejanza del arroz) en salsa de berberecho y planctón crujiente. Este me dejó ojiplático.
Melosidades
Guiso meloso de morena con su piel a modo de callos, hoja de alcaparras y alcaparras fritas.
Choco a la prensa
Vienen los dos con una mesa donde hay un montón de cacitos y un choco a la braza entero. Ponen al fuego un cazo con armagnac y un fondo de cocina espeso y meten el choco en una prensa. Lo prensan hasta que suelta todo su jugo y luego lo aderezan con mantequilla comprada a un afinador de mantequillas francés muy conocido (¿que coño será un afinador de mantequillas?). Le dan un fuerte punto de calor y te lo sirven sobre un sashimi de calamar y pasta sorrentino.
Es un plato de origen francés que se hace con pato, por lo visto lo intentaron con patos criados en los esteros de al lado alimentados con planctón, pero como que no. Es coña marinera mía.
Es un plato de origen francés que se hace con pato, por lo visto lo intentaron con patos criados en los esteros de al lado alimentados con planctón, pero como que no. Es coña marinera mía.
Cortante mentol
De todo el plato que se ve arriba lo que se come es el ojo. Platazo para presentar una pequeña esfera con la que desprender el sabor salado de la boca. Estaba confeccionada con agua de manzana y rosas.
Antes de los vinos nos pusieron un vino dulce de arrope gaditano que hacía suspirar a un moribundo.
De todo el plato que se ve arriba lo que se come es el ojo. Platazo para presentar una pequeña esfera con la que desprender el sabor salado de la boca. Estaba confeccionada con agua de manzana y rosas.
Antes de los vinos nos pusieron un vino dulce de arrope gaditano que hacía suspirar a un moribundo.
Helado de vainilla, albaricoque, aire de limón marroquí y notas de
clavo
Cuando te metes el albaricoque y lo estallas en la boca te derrites literalmente.
Cajita de bombones
Aunque no quisimos café nos obsequiaron con una cajita de bombones.
Simplemente espectacular. Merece la pena una vez en la vida.
Aunque no quisimos café nos obsequiaron con una cajita de bombones.
Después del ágape solazándose en el patio |
Simplemente espectacular. Merece la pena una vez en la vida.
Precio del menú degustación sin bebida: 195 € por barba. con maridaje de vinos 85 euros más. Sin comentarios.
Fantástico su blog, lo descubrí hace años y aunque nunca he comentado nada, esta entrada se lo merece.
ResponderEliminarLe dejo mi humilde blog, tapasontour.blogspot.com.
Gracias por el comentario. Tu blog una pasada y las fotos de campeonato.
EliminarNos alegramos muchiiiisimo que lo hayáis disfrutado!!!
ResponderEliminarNosotros también hermana
EliminarDe mayor quiero ser como tú...y tener unas hermanas como Lola y Olvido. Se disfruta mucho leyéndolo...y es gratis!, jejeje.
ResponderEliminarYa tienes un hermano cojonudo, así que no te quejes. Carlos un día de estos te tienes que pasar por este sitio con Isa y disfrutar como enanos.
EliminarMe ha encantado leer tu blog hablando de Aponiente. Cómo se nota que eres de ciencias, sin zarandajas...al grano, como debe ser.
ResponderEliminarUn saludo desde Salamanca.
Muchas gracias por el comentario. Como dijo Gracián "lo bueno si breve dos veces bueno"
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPor cierto, olvidé decirte que si vienes por aquí no dejes de visitar al gran genio de la cocina en esta ciudad: Victor Gutiérrez, en el restaurante del mismo nombre.
ResponderEliminarSaludos.
Fernando.
Me encanta Salamanca y suelo pasar de vez en cuando por allí. Ahora tendré un motivo de peso para hacerlo. Gracias Fernando
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