Abantal es mucho Abantal.
Durante años me he resistido a
visitar este emblemático restaurante de nuestra ciudad, el único con una
estrella Michelin que tenemos por estos lares sevillanos. Unas veces por un
motivo y otras por otro el caso es que el tiempo pasaba y pasaba y yo que no me
decidía a darme un garbeo por el local, cierto es que no todos los días uno
puede visitar este tipo de establecimiento so pena de hacerle un oneroso agujero
a nuestro presupuesto mensual. Pero
bueno alguna vez en la vida…..
Y, por fin, para celebrar el
cumple de la parienta nos hemos pegado un pequeño homenaje mi señora, mi
vástago y el menda.
El local está situado en la calle
Alcalde José de la Bandera nº 7 (justo al lado de donde estaba el antiguo cine Victoria, en lo que conociamos como la Florida), decorado con distintos cuadros expuestos por artistas que lo utilizan
como espacio expositivo, con un ambiente minimalista y muy cómodo, con una
amplia separación entre las distintas mesas que hace que se pueda hablar con
una cierta privacidad muy de agradecer. El servicio es impecable y se nota muy
mucho el cuidado exquisito con que se trata al cliente, a la altura de las
expectativas que se puedan tener de un local como este.
La carta no me pareció
especialmente amplia aunque la verdad es que tampoco le presté una especial atención
ya que, según mi modesta opinión, a estos
emblemáticos lugares se viene a probar el menú degustación que ofrece la
oportunidad de catar una amplia variedad de pequeñas (y no tan pequeñas) joyas
culinarias, en este caso obras del Chef Juan Julio Fernández
Eva y yo nos decantamos por el menú
degustación maridado, Rocío sin maridaje;
consistente en siete platos con sus correspondientes vinos.
Empezamos:
Nada más entrar de aperitivo nos
obsequian con unas galletitas de queso,
otras con aromas de pescado y una ortiguillas realmente espectaculares por
frescas y por el punto de fritura que tenían.
Mientras preparan el menú nos
traen un segundo aperitivo de sopa de
melón con albahaca frita. Mi hija lo mira con cara de escéptica, lo prueba
someramente y, aunque no dice nada, su cara claramente indica “eso os lo vais a comer ustedes” cosa que por supuesto hicimos
gustosamente.
1er plato: Tallarines de manzanilla, algas, albur,
gambas y piñones. Maridaje: Manzanilla de Sanlúcar Papilusa. Los tallarines
eran de gelatina de manzanilla, la combinación de todos los elementos perfecta
y la manzanilla estupenda. Este también nos lo tuvimos que comer nosotros,
menos las gambas, claro.
2º plato: Jogurt de foie con compota de melocotón y gelatina de vinagre.
Maridaje: tinto dulce de Jumilla. De nuevo una crema suave donde se
combinan los distintos sabores. Mi hija ni lo miró.
Empiezo a preocuparme; no es que
a Rocío le haga falta comer, pero con lo que cuesta la fiesta y prácticamente
no lo está probando y para más inri no podemos dejar en la mesa tan suculentos
manjares, así que su madre y yo …
3er plato: Paella de cerdo y bacalao confitado.
Maridaje: Luzmilla de Ribera del Duero. Para mí lo mejor del día sin ningún
tipo de dudas. Un arroz ligeramente con costra con un fondo de manitas de cerdo
y un toque de chorizo (más pringá que chorizo) que le quitaban el sentío a un
muerto. El bacalao que coronaba el arroz perfecto de ejecución.
4º plato: Merluza de pincho con cuajada de puerros, ajo negro, azafrán y pepinillos. Maridaje: Blanca María, un blanco de Jaén. El plato una monería y cojonudo. Parece que mi hija le ha cogido la onda al asunto.
5º plato: Presa ibérica marinada con choutney de melocotón y ciruelas y aire de
trufas: Maridaje: Paisajes, un riojas confeccionado con cuatro variedades de
uvas. Ni un pero que ponerle. Hasta a mi mujer le pareció que la carne era
un suculento manjar. A estas alturas mi hija está descosida.
Los dos últimos platos eran
sendos postres:
1er postre: Maracuyá con gratinado de yerbabuena y bizcocho de chocolate. Maridaje: Moscatel de
Alicante
Yo no suelo tirar cohetes con los
postres, a Eva le gustaron y a mi Rocío ni te cuento morena.
Para acabar y mientras nos traían
la cuenta aún nos deleitaron con un pequeño surtido de dulces caseros.
El menú marinado costaba 82 € y
el simple 57. Carillo, pero por una vez merece la pena y más si es para
celebrar el cumple de tu media naranja y encima te acompaña tu hija.
¡Qué maravilla Ricardo! He pasado alguna vez por delante pero tampoco he tenido la oportunidad de disfrutarlo. Creo que tu hija se arrepintió de no haber catado los primeros; muy buena pinta todo, habrá que buscar algo que celebrar jjj Un beso.
ResponderEliminarGracias Montse, creo que te queda muy cerca de tu casa. Merece la pena por una vez pegarse un homenaje de este tipo. Besos
EliminarEsto es celebrar un cumple y lo demás, simulacros!
ResponderEliminarNo se cumple medio siglo todos los días de la vida, lo siguiente será dentro de unos días nuestro 30 aniversario de bodas. Un beso Belen
EliminarGracia a las hermana Marx (Montse, Belén, Carolina...) por su estupendo blog http://lashermanasyunamarx.blogspot.com.es/ y por lo bien que me tratais
ResponderEliminarBuenas Ricardo sigo tu blog porque me gusta mucho tu forma de comentar y opinar. Ojalá pudiese visitar todos los sitios que indicas pero mi presupuesto es bastante cortito,jajajaja. En este caso has indicado que el Chef de Abantal es Juan Fernández y es Julio Fernández, vamos un desliz sin importancia pero que ya puestos se puede corrgir yo creo. Seguiré leyéndote y disfrutando de esos lugares desde la distancia y a través de ti ya que de otra forma no puedo, un saludo
ResponderEliminarBuenas Ricardo sigo tu blog porque me gusta mucho tu forma de comentar y opinar. Ojalá pudiese visitar todos los sitios que indicas pero mi presupuesto es bastante cortito,jajajaja. En este caso has indicado que el Chef de Abantal es Juan Fernández y es Julio Fernández, vamos un desliz sin importancia pero que ya puestos se puede corrgir yo creo. Seguiré leyéndote y disfrutando de esos lugares desde la distancia y a través de ti ya que de otra forma no puedo, un saludo
ResponderEliminarLlevas toda la razón Julián, el chef es Julio, no Juan, muchas gracias por la rectificación y por tus palabras. Un cordial saludo
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