Ya es la tercera vez que me llega este mensaje al correo (electrónico se entiende, que al otro sólo llegan cartas del banco) y las tres veces mandado por un compañe@ de fatigas. En él se refleja la opinión bastante generaliza que los docentes de a pie tienen de sus inmediatos superiores los inspectores de educación y que a grosso modo se puede resumir diciendo que ya es hora de que se dediquen a resolver problemas concretos y dejen de elucubrar sobre el sexo de los ángeles .Por cierto, idea bastante simplista y muy alejada de la realidad.
Desconozco si lo que aquí se cuenta es la peregrina ocurrencia de un inspector o por el contrario es una creación literaria malintencionada con evidente interés en hacer mofa y daño.
He decidido ponerlo tal cual, sin cambiar ni una coma ni un ápice.
LOS CUBILETES
Créase o no, esta es una sugerencia que un equipo de inspectores
de la Consejería de Educación ofrecieron a los directores/as de centros
educativos de una comarca muy cercana a Sevilla:
El alumnado debe contar entre su material con tres pequeños
cubiletes de plástico: uno rojo, otro amarillo y el otro verde. Durante la
clase, cada alumno atenderá a las explicaciones del profesorado y situará en su
pupitre el cubilete que indique su comprensión de lo explicado:
.
• Rojo: "No entiendo nada".
.
• Amarillo: "No lo entiendo
todo".
.
• Verde: "Lo entiendo".
De esta manera, el docente, de un solo vistazo, captará si su
explicación está llegando a la clase o, por el contrario, debe esforzarse por hacerse
comprender y/o por bajar el nivel de complejidad de lo explicado. Pero miren
cómo la realidad supera a la ficción. En los experimentos dentro de una clase
ocurría esto:
Maestro, ¿el cubilete amarillo pa qué eh?
Maestro, er Yozua ma quitao el cubilete.
Maestro, la Yeni eh una empollona, que ciempre
tiene er cubilete verde.
Aquí los tenéis a todos preguntando a la vez
Maestro,
mezan perdío lo cubilete, ¿puedo iar cervicio?
Maestro,
¿ci zaco er cubilete verde maprueba?
Maestro, mira cómo toco la batería con
los cubiletes.
Maestro, er Crihtian ma escupío en er cubilete.
Maehtro,
yo lo primero lo he entendío pero aluego no, ¿qué cubilete pongo?
Maehtro, ¿ci
traemo los cubiletes hay que traé tamibén er libro?
Maestro, yo er cubilete roho no lo pongo, que me llaman zurnormá.
Sólo los que estamos dentro de clase sabemos qué es eso.
En los
despachos parece todo muy bonito.
Un único comentario: Llevo muchos, muchos años en esto de la enseñanza y concretamente siendo Jefe de Estudio los últimos once años; en este largo periodo me ha dado tiempo a conocer a unos cuantos inspectores y no puedo por menos que decir que en este gremio, como en todos, "hay gente pa tó" como bien dijo Rafael El Gallo en la famosa anécdota con Ortega y Gasset.
Bonachones, quisquillosos, legalistas, paternalista, cabroncetes, puntillosos, comprensivos, despistados, etc, etc.... de todo, como en la viña del Señor.
Con el tiempo he llegado a simpatizar con ellos y comprenderlos en su justa medida: no son sino otro eslabón de la misma cadena de la que todos formamos parte; otro eslabón (nuestro inmediato eslabón superior) en la transmisión de las consignas que algunas mentes pensantes idean en las verdaderas poltronas del poder, y, lo que es peor y tiene un enorme merito, en algunos casos (no siempre) su labor es convencernos y hacernos comulgar con inmensas piedras de molino, las mismas que ellos, previamente, no han tenido más remedio que engullir. Y ciertamente ponen su mayor sapiencia y el mayor de los empeños en ello, lo que les honra como profesionales que son.
Sirva esto como reconocimiento a su labor, algunas-muchas veces bastante ingrata
En dos palabras: im prezionante. Te entiendo perfectamente porque también trabajo en un IES. Efectivamente, el que no ha estado nunca en un aula no sabe como son los alumnos. Pero más que una idea de un grupo de inspectores parece una idea de políticos.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Pedro, yo también sospecho que por mucho que alguno de los inspectores que por el mundo pululan esté en el limbo, esta idea es más bien el producto de la mente calenturienta de algún político que, un día sentado en su poltrona y aburrido, decidió aportar su granito de arena para arreglar la educación. Si los tontos volaran sería complicado ver el sol.
EliminarTotalmente de acuerdo: esto no es de inspector. Tal y como pinta la cosa, es más probable que lo haya parido el asesor de un político. Dudo que alguno de estos dos últimos dé para tanto, pero si tengo que apostar por uno... fue el asesor.
ResponderEliminarNunca se sabe lo que puede dar de si un político o un asesor, y si alguno de ellos (más bien el asesor) es un pedagogo ponte a temblar, que Dios te coja confesado. Gracias por el comentario amigo
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