Esta es una receta
genial para carnívoros empedernidos, es
decir ideal para mí que me gusta más la carne que a los leones del Serengueti.
Además del puro placer gastronómico, que ya de por sí es tela marinera, tiene la enorme ventaja de que es totalmente
compatible con cualquier dieta basada en la ingesta de proteínas, vamos
que a los adeptos a la dieta Dukam les
viene al pelo y encima, para mas inri, rizando ya el rizo, es que están de
muerte ya que te la preparas y aliñas al
gusto del consumidor, que en este caso eres tú.
Entrada relacionada: Mi experiencia con la dieta Dukam
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¿Qué me decís de la pinta que tienen?
Cada vez que preparo
las hamburguesas hago cantidades industriales que luego suelo congelar en
bolsitas individuales; eso me permite sacar
el máximo provecho al trabajo de elaborarlas.
Va por ustedes señores:
Ingredientes:
1 kg de carne de vacuno
picada.
250 gr de carne de
cerdo picada.
Un manojo de perejil
6 dientes de ajos (me
gusta ser muy generoso con el perejil y el ajo)
2 huevos
Sal y pimienta negra
Un chorreón de vino
blanco o manzanilla.
Salvado de avena
Proceso:
Picamos el perejil y
los ajos muy finamente (con dos cuchillos grandes se hace de muerte; yo, cuando
me pongo le echo la pata al Arguiñano, ¡Que dominio! ¡Que destreza! ¡Que gasto
en tiritas al cabo del año!).
En un recipiente grande
y hondo ponemos la carne picada, añadimos la sal, la pimienta molida, los
huevos, el picado de perejil y ajitos y nuestro buen vino blanco (es raro, a mí
el vino blanco no me hace mucho tilín, pero el punto que le da a las comidas me
sublibeya)
A trabajar la masa con ahínco,
desparpajo y alegría, dos cucharas y manos a la obra: remover y remover hasta
que se canse el brazo y todo quede perfectamente mezclado. Si nos queda un
pelín suelto (como muy mojado) añadimos un par de cucharadas de avena para
aglutinar y secar un poco la mezcla, removemos, removemos y la perfumada argamasa
ya está lista para el necesario reposo.
Pasamos la masa a otro
recipiente poco profundo y la extendemos para que se oree en condiciones (ahora
se dice oxigenarse). Al frigorífico con ella y que duerma el sueño de los
justos al menos 24 horas, si nos pasamos un poco de tiempo, mejor que mejor.
Pasado el tiempo pertinente
ya estamos en disposición de hacer las hamburguesas: coger una cantidad de la
carne preparada, darle forma, pasarla someramente por salvado de avena y listo,
a la plancha que la espera expectante.
En este penúltimo
proceso entran los gustos personales de cada uno. Yo las hago grandes, gorditas
e irregulares para que al pasarlas por la plancha salgan muy selladas por fuera
pero tiernas y jugosas por dentro; a otros les gusta más fina y hecha con
molde, todas igualitas como obleas uniformadas, muchos ni siquiera se plantean
hacer hamburguesas habiendo McDonald al tuntún; ya se sabe que sobre gustos y
colores no hay nada escrito.
Os aseguro que están
para chuparse los dedos.
Posdata: Acompañar con
una buena copa de Ribera, Rioja, Priorat, Somontano o lo que nos coja a mano.
He dicho.
Anímate y déjame un comentario
que buena pinta!!! no será la cámara :) los leones del serengueti? jajajaa como me reí, un saludo!
ResponderEliminarQuerido amigo supóngote enterado que los carnívoros más carnívoros del mundo mundial son los leones del Serengueti, después los cocodrilos del río Mara ( si lo dudas pregúntale a un ñu de confianza)y en un tercer y honroso lugar el que subscribe estas líneas.
ResponderEliminarPor cierto la cámara es la de un móvil cuasi prehistórico, la que es buena es mi mujer manipulándolo.
Gracias por tu comentario.
Estimado Ricardo, me rindo ante ti por tu genial sentido de humor sevillano, con los tiempos que corren te aseguro que me has dibujado una sonrisa y gracias mil por ello, sin duda las voy a hacer pero, una pregunta ¿Qué pasa si eliminamos el puerco y usamos una buena carne de buey?
ResponderEliminarAmigo Jesús la opción que me planteas culinariamente hablando parece bastante plausible, es mas, yo diría que muy recomendable, aunque bien es cierto que no soy precisamente un experto en carnes de buey excepción hecha de los gloriosos y nunca suficientemente ponderados chuletones y entrecots. Ahora bien el asunto crematístico se dispararía y en ese aspecto cada cual sabe la economía de su casa.
ResponderEliminarAgradecido por tus palabras y tu consulta, aunque no te he solucionada nada, pero bueno.