TÍTULO: DIARIO
DE UN JEFE DE ESTUDIOS.
SUBTITULO: ESTO TE PASA POR GILIPOLLAS
SUBTITULO: ESTO TE PASA POR GILIPOLLAS
Gelves, un día cualquiera.
Hoy, como todos los días, me persono
en el instituto tempranito, antes que mis colegas aparezcan revoloteando por
estos lares, sobre las 7:00. Este periodo, mientras llegan mis compañeros y la
tropa de alumnos, es un bálsamo de paz y de productividad, me da tiempo a todo.
Abro el ordenador y, para acompañarme relajadamente, me pongo algo de Pink
Floyd de fondo mientras preparo los partes de clase anotando las expulsiones programadas
del día y los deposito en el mostrador del conserje para que cuando llegue
proceda a su reparto; recojo los partes de alumnos del día anterior y los
archivo. Anoto en el parte de guardia de profesores las posibles ausencias y
los profesores sustitutos que han de suplirlas; recojo el parte de expulsiones
del día anterior, reparto entre los casilleros de los tutores las faltas de sus
alumnos de la semana anterior, etc, etc.
A partir de las 7:40 empiezan a llegar
mis compañeros, siempre en un orden riguroso e invariable, primero oigo el
taconeo de Livia por el pasillo, a los pocos minutos es Miguel Angel el que
llega, inmediatamente María José y así todo un rosario hasta los dos o tres
últimos que, presurosos, acceden al centro cuando ya el timbre anuncia el
comienzo de la primera clase. Mientras, en la sala de profesores departimos amigablemente
antes de empezar la faena cotidiana, como una pequeña y bien avenida
familia nos contamos nuestras cuitas
personales, nos reímos con este o aquel y, últimamente, nos cabreamos sobremanera
con cada noticia nueva de recorte o bajada de sueldo, eso sí, todos atentos por
si suena el teléfono, porque de hacerlo tenemos problemas: enfermedad, niños,
atasco, lo que sea, algún profesor no va a venir y alguien la tiene que pringar
por él.
Y comienza la batalla, la de todos,
pero la mía en particular. Mi batalla.
ACTO
1º
8:05. Recién tocado el segundo timbre para
entrar en clase aparece en mi despacho nuestro ínclito conserje con cuatro
alumnos para decirme que se han colado en el Centro por la puerta de entrada de
profesores después de tocar el timbre.
-
¿Ricardo que hago con ellos?
(¿Y donde se supone que estabas tú? ¿Y la
puerta porqué estaba abierta? Y además, leches, si sabes lo que tienes que
hacer, por qué vienes a preguntármelo). Todo esto me viene a la mente como
un relámpago, pero me callo como un zorro para, iluso de mí, empezar bien el
día.
Impertérrito,
con la mirada adusta, le digo que siga el protocolo, es decir que los mande a
sus casas y que vuelvan con un justificante oficial firmado por alguno de sus progenitores
para poder acceder al centro después de tocar el timbre y cerrarse las puertas.
-
Este es el que me ha echado.
(Cabrón del niño, ya
cogeré yo a este en otro momento)
Educadamente
me presento e intento explicar la situación:
- Yo no he echado a
nadie, me he limitado a aplicar la normativa vigente aprobada en el reglamento
del centro para estos casos, etc, etc
.
Todo
esto en el pasillo de mi despacho, separados por apenas 40 centímetros de
aire y con la tensión mascándose en el ambiente.
Tal como este era el maromo, como para no acojonarse
Mientras intento hacerle comprender al
saco de músculos lo correcto de mi proceder, observo, no sin cierta
preocupación, que las cejas se le van juntando y que el rictus de su cara va
cambiando de una cierta relajación a un evidente nerviosismo; pero le echo
cojones y sigo apabullándolo con sólidos y contundentes argumentos. Me para,
me mira con evidente desdén y sentencia:
-
To eso son jilipolleces, como mi hermano pierda otra clase por una tontería
como esa, me vengo pa aca, arranco la puerta del “colegio” y la pongo en medio de
la calle”.
Acto seguido apostilla que no quiere saber nada más, se da
media vuelta y se va, mientras yo, en un evidente acto de valentía, le estoy
diciendo a una espalda que se aleja: - Le advierto que si tal eventualidad se
produce me veré obligado a ………….”
ACTO
2º
Aparece en mi puerta A.T. (alumno repetidor
de 1º, con más tiros dados que las pistolas del Coyote, tres expulsiones del
centro en lo que va de curso, once cates
por evaluación), remolonea, mira, duda si entrar o no y al final me dice que
quiere hablar conmigo, pero no se atreve a hacerlo delante de la alumna que está
haciendo el examen.
Condescendiente, salgo y entramos en el despacho del director que en ese momento está vacío.
Condescendiente, salgo y entramos en el despacho del director que en ese momento está vacío.
Antes de que le dé tiempo a decirme nada aparece el
profesor que lo ha obligado a venir, le dice que me enseñe lo que tiene en el
bolsillo y ¡sorpresón morrocotudo¡ en la cartera del mocoso aparece un librillo de papel de
fumar y una piedra de hachís del tamaño de la cagarruta de un mono. Lo requiso.
Llantos al canto. Y la letanía de
siempre.
- “no se lo digas a mi padre, que me mata”
-
“déjame que lo tire al vater”
-
“vaya mierda de centro
Como a este se le iban a poner los ojos si no le quito la piedrecita
Hablo con la madre por teléfono para
comunicarle la incidencia. Cosa extraña, me deja hablar sin interrumpirme y
cuando le he explicado con pelos y señales todos los pormenores del asunto, con voz de falsete, compungida, me contesta
- “me deja usted de piedra, no me lo pueeeeeeeedo creer. No, no, noooooooooooo... Este niño, este
niño acaba conmigo, seguro que acaba conmigo de un sofocón, su padre, su padre lo mata cuando se entere”,
Para acto seguido, cambiando de tono, apostillar
-
“pero ahora estoy en el trabajo y me es imposible del todo salir, ya lo cogeré cuando salga”.
La
tranquilizo y le digo que el alumno permanecerá en el centro hasta la hora de la salida; que la mercancía requisada estará bien guardada en mi despacho a su
disposición para que ella, si gusta, compruebe la veracidad de mis palabras y,
en un acto de osadía inusitado y políticamente incorrecto, me
permito aconsejarla que, luego, cuando el niño salga del centro y lo tenga a
tiro, le pegue dos buenas hostias, que yo no puedo, pero que ya, ya me gustaría
a mí.
ACTO
3º
Lo llamo al despacho y le pego la
bronca, me escucha como el que oye llover y, acto seguido, me dice en toda la
cara y por toda la ídem que efectivamente se lo ha fumado.
Motivo: porque tenía ganas.
Consecuencias: me da igual, lo mismo me da.
Concreta y textualmente: me la
trae floja
Ahora no puedo pero me apunto en la
agenda que mañana, a primera hora, conversación telefónica con la afortunada
progenitora de tan preclaro espécimen para que me explique el proceso educativo que ha seguido el personaje.
ACTO
4º
-“mentiras,
mentiras, calumnias puras y duras, mala leche y envidia, mucha envidia porque
está mu bueno y estas brujas me tienen envidia porque es mi novio y está mu bueno (notabilisimo y repetido argumento para que quede bien clarito) . Yo no entro más en mi clase ni
vuelvo al instituto. Mala leche, eso es lo que hay aquí, mucha mala leche”, ”como
se entere mi madre me mata”.
Segundo asesinato en menos de una hora, a este ritmo en menos de una semana cerramos el centro por falta de clientes.
Segundo asesinato en menos de una hora, a este ritmo en menos de una semana cerramos el centro por falta de clientes.
El
pan nuestro de cada día, nada nuevo bajo estos lares.
La tranquilizo, la siento frente a mí,
la miro a los ojos y después de 20 minutos de terapia sale del despacho lozana
como una rosa. ¡Lo que se aprende estando casado con una psicóloga¡.
Igual me pongo un diván en el despacho para las ocasiones
Durante toda la mañana he estado
atendiendo alumnos que quieren llamar a sus casas porque se encuentran mal, que
si me ha venido la regla, que si me duele esto, que si lo otro. Algún día se
presenta alguno diciendo que ha sido abducido por un profesor.
No hablemos del urinario, un chorreo
de alumnos pidiendo permiso para miccionar. En este pueblo el agua ha de ser de
lo más diurética, no he visto mas gente con incontinencia galopante. Me
pregunto que va a ser de sus próstatas cuando tengan 40 años.
Conclusión: trabajo extra. Mucho,
mucho trabajo extra y ni un duro más.
ACTO
5º
Comentario: “la señora está un poco
alteradilla”
En un principio le digo que no la
atiendo, que ya he acabado; pero me pica la curiosidad, me asomo al pasillo y
la veo al fondo, junto al garito de los conserjes, en jarra, como diciendo “aquí estoy yo para leerte las cuarenta”. Me
envalentono y entro al quite.
Tal como así estaba la interfecta
La saludo, (es como de la familia,
pues por lo menos es la quinta vez que hablo con ella en lo que va de curso) le
explico la situación pero como si oyera llover. Me espeta en la cara que si en
su casa no hubiese habido nadie (gracia
a Dios estaba su madre) su niño (17 años la criaturita y mas pelos en los sobacos que Chuk Norris) habría estado solo toda la mañana.
-“Mi
niño tardó unos minutos porque fue a comprarse un bocadillo y, en todo caso, ustedes
deberías haberle dado cobijo y llamarme para comunicarme el incidente”.
Impávido la miro y le suelto:
-Si
tiene que comprase un bocadillo que madrugue más y pendonee menos, y si un alumno no está en el
centro no es responsabilidad nuestra lo que haga fuera.
Observo su cara y veo como, a cámara
lenta, el color cetrino de su piel pasa a un rosáceo pálido y de éste a un bermejo
fuerte; como los ojos se le van abriendo de asombro y su boca busca aire con
avidez; brazos y manos comienzan a gesticular con celeridad y de esa garganta
empiezan a sonar improperios subiendo de tono en la escala de los fuertes.
En este momento somos el centro de
atención de alumnos, profesores y conserjes.
Tranquilo la dejo que vocifere a gusto, ya me
ha pasado esto mismo con ella en varias ocasiones. Le comunico que en tal
estado de obnubilación no voy a seguir hablando con ella y, dignamente, me
marcho a mi despacho.
Dispuesto a rematar la faena
A los cinco minutos cuando me dispongo
a abandonar el Centro nuestra buena señora sigue impertérrita en el mismo lugar
dándole la vara a la conserje. Parsimoniosamente encaro el pasillo y cuando
llego a su altura, sin pararme, le susurro “que sea la última vez que me levantas la
voz”. Banderillas negras. Sigo andando en dirección a la puerta y dejo
a mis espaldas un tropel de imprecaciones, reproches, vituperios y sonidos
incongruentes. Fuegos artificiales en todo su esplendor.
Salgo con la cara arrebolada y la
sonrisa en los labios, como Talavante por la Puerta del Príncipe.
Se acabó el día laboral.
Esta noche triple sesión de ejercicios de autoconfirmación: repetir 500 veces “Ricardo, tu no eres Jefe de Estudios, eso es circunstancial, tu eres MATEMÁTICO, MATEMÁTICO, MATEMÁTICO…”
Esta noche triple sesión de ejercicios de autoconfirmación: repetir 500 veces “Ricardo, tu no eres Jefe de Estudios, eso es circunstancial, tu eres MATEMÁTICO, MATEMÁTICO, MATEMÁTICO…”
Trabajo para mañana:
1.
Hablar
con el dire para dimitir.
2.
Si
el plan 1 falla, hablar con el inspector para que me cese.
3.
Si
fallan los dos anteriores sobornar a un médico para que me dé una baja indefinida por
depresión.
Nota: Cuando he llegado a casa:
1.
Mi
hija viene del colegio llorando porque ha sacado un 4 en Matemáticas (cabrones
estos matemáticos, con lo que estudia mi hija)
2.
Le
cuento a mi mujer el maravilloso día que he tenido y me sale con que la culpa
es mía por recibir a la gente en el pasillo.
3.
Me
sopla 180 € el técnico por arreglarme el lavavajillas.
4.
Mi
mujer se pone mala con la regla. Peligro: 5 metros de seguridad
mínima.
Estoy pensando en bajar a comerme unos
caracoles, pero miedo me esta dando…….
Mañana será otro día.
Gracias por leerme y, por cierto, todo lo anteriormente escrito es rigurosamente cierto
¿Qué te ha parecido?. Anímate y déjame un comentario
¿Qué te ha parecido?. Anímate y déjame un comentario
Me hubiera gustado dejarlo sin comentarios porque no hay que añadir nada más! Qué buen jefe de estudios eres!!! Un abrazo
ResponderEliminarBuenas tardes Ricardo,
EliminarHaciendo una pausa en mis estudios de oposición de secundaria, me he reído un montón con las entradas de tu diario.
Espero tener tan buen humor como tu para capear las aventuras del día a día.
Es estupendo ver a profesionales enamorados de su trabajo.
Un abrazo fuerte desde Madrid.
Gracias Ana, espero que esas oposiciones sean pan comido y entres en el proceloso y fantástico mundo de la enseñanza. Un abrazo
EliminarFelicitaciones...ojalá sirva para que algún excéctico valore un poco más vuestro papel.
ResponderEliminarSaludos, Carlos J. Trejo
La "p" se quedó en Camas. Disculpas.
ResponderEliminarPara ser un profesor de instituto, y más si eres jefe de estudios, deberías cuidar un poquito más la ortografía, aunque seas de matemáticas. El castellano, como bien sabrás, utiliza para la admiración y la interrogación signos de apertura y de cierre (¡!). Podría achacarlo a que tu ordenador tenga algún teclado raro en el que no figure el signo de apertura, pero lo que no puedo achacar a error de teclado es que escribas revoloteando con b.
ResponderEliminarEso sin contar que en la frase "Y además, leches, si sabes lo que tienes que hacer, ¿porque vienes a preguntármelo?" deberías haber escrito ese porque separado y acentuado (por qué).
ResponderEliminarGracias por las correcciones ortográficas, siempre es bueno aprender de otro que sepa mas que tú.
ResponderEliminarRicardo qué gran bloc!! Yo también soy Jefe de Estudios en un Instituto del norte de Catalunya y me siento muy identificado...aunque, creo que tú me ganas....por el momento. Un abrazo y muchos ánimos. Seguiré tu bloc con interés.
ResponderEliminarGracias por el comentario compañero, que te vaya bien en tu jefatura. Pásale el enlace a tus compañeros para que se rían un rato. Ojalá se lo pudiese pasar a todos los profesores de España para hacerles sonreír un poco en estos jodidos momentos.
ResponderEliminarHola Ricardo,
ResponderEliminarsoy compañera del instituto del jefe de estudios del norte de Catalunya del comentario anterior. Me he reído un buen rato con tus historias, con las cuales me he sentido identificada -bueno, yo no soy jefe de estudios, pero llevo bastantes años trabajando y conozco los "temas" que hay en los dentros-. Descubro con tu blog cómo por Sevilla tenéis los mismos altercados que en Catalunya. Los adolescentes de hoy....
Gracias por compartir tu blog
Compañero, acabo de descubrir tu blog y se me han salido las coyunturas de los huesos de la risa.
ResponderEliminarComo tú, soy aficionado (reciente) a recolectar setas, y a comérmelas; también soy profe (de física), aunque en un colegio privado donde el día a día no es tan parecido al conflicto palestino-israelí como en tu instituto, pero tambien tiene sus momentos.
Sigue contándonos cosas de comer y de enseñar
Leyendo sus "atinadas" consideraciones sobre los chicos y el personal del Centro, ahora me explico porqué la educación en este pais está como está. Es una vergüenza que un personaje como usted sea jefe de estudios de un instituto o tan siquiera profesor de primaria. Todas las consideraciones que hace sobre los chicos y chicas son en tono de superioridad y despectivos y denotan una clarísima falta de vocación para el puesto que desempeña. Espero, por el bien de los alumnos, especímenes como usted vayan dejando las aulas de este pais.
ResponderEliminar¿no te has quedado desahogada con los gritos que le pegaste en el pasillo que le persigues hasta aquí? ¡Vamos, mujer! Si emplearas con tu hijo la mitad del esfuerzo, mucho mejor para todos.
EliminarColega Ricardo, llevo 28 años en esto de la Enseñanza, ahora Educación, y somos las perchas de todas las tortas. Te entiendo perfectamente y admiro tu capacidad de saber sobrellevar lo que mucha gente entiende ni aguantaría un minuto. Por ejemplo, el anónimo anterior....¡Habría que verlo o verla en los problemas diarios que se presentan...!. ¡Menudo enteradido..., de los muchos que hay!. ¡La ignorancia es muy atrevida! anónimo especimen. SALUDOS COMPAÑERO Y ÁNIMO.
ResponderEliminarEn efecto, la ignorancia es atrevida.
EliminarRicardo, los que estamos a este lado de las barricadas sabemos que no exageras nada la situación. ¡Un abrazo y ánimos!
El "Anónimo" que empieza diciendo Leyendo sus "atinadas" consideraciones sobre los chicos y el personal del Centro.. demuestra varias cosas, entre ellas que no tiene sentido del humor pero también que no tiene ni P.I. de lo que se cuece en muchos centros de enseñanza y, me atrevería a decir, que es de los que de entrada ponen a parir al profe porque a su hijo del alma se le ha echado un bronca sin molestarse siquiera en preguntar por qué.
ResponderEliminarQuerido Ricardo, sigue contando las comidas que te metes entre pecho y espalda y sigue contando con tu humor sevillano, las cuitas que, entre ciertos padres, ciertos alumnos y casi todos los políticos responsables de la enseñanza que en el mundo han sido nos hacen pasar a los que nos dedicamos a esto de la Enseñanza
Leyendo el blog he nconrado coincidencias con un libro titulado "La escuela asesina", que analiza de una manera políticamente incorrecta la educación hoy. Su autora, Bárbara Pastor, también es profesora de instituto. Recomiendo su lectura..
ResponderEliminarMuy bueno, compañero. Buena descripción de un día laboral en un IES.
ResponderEliminarMuy bueno, pero habría que contrastar la información con las otras partes.
ResponderEliminarTambién habría que cambiar un montón de normas absurdas de funcionamiento.
Contrasta, si puedes. La mayoria de los alumnos con problemas, (es un eufemismo para "futuros delincuentes") tiene padres que suelen estar ausentes hasta que les ven los cuernos al toro (o el expediente al hijo, incluso algunos ni los ves entonces) y vienen intentando a toda costa que no tiremos a la criatura de la guardería. Y los que te atienden son como la madre del "este niño me va a matar" y "si se entera su padre lo mata" por lo que es imposible mantener una conversación coherente con ellos. Así que, si te dedicas al negocio y tienes la oportunidad, te invito a realizar todas las contrastaciones que quieras, verás que la realidad incluso supera lo escrito
EliminarDe acuerdo contigo colega
EliminarLo de tratar al conserje de ínclito suena mucho a desprecio (por sorna). Un interfecto es la persona muerta por acto violento y delictivo (es un término más bien policial). Asertividad es lo que necesita usted y el personal de conserjería. Gracias por su trabajo, créame, entiendo que no es fácil.
ResponderEliminarRicardo chapeau!!
ResponderEliminarSí, con admiración
y -horreur!!- con admiraciones
sintácticamente incorrectas.
Lástima que haya gente que sea
incapaz de entender e interpretar
la ironía que destilas.
¡Ay, compañero, gracias por alegrarme el día! Llevo diez minutos partiéndome de risa. Esto es verídico, picha, como la vida misma. Y no le hagas mucho caso al fanático del "spelling",que tú ya sabes que los de mi departamento son muy, pero que muy jartibles. Un abrazo gaditano.
ResponderEliminarSu contenido me ha resultado casi una película de la docencia vista desde los ojos de una honradez y un ánimo sincero. Mi enhorabuena. Gracias por compartir un día cualquiera en un Instituto. Pase un domingo amable lleno de bienestar. Un saludo
ResponderEliminarSu libro de bitácora escolar es un tratado de realidad. Tenga un feliz domingo.
ResponderEliminarRealidad diaria en muchos centros. Y ánimo, mucho ánimo. Al fin y al cabo, lo de ser jefe de estudios se acaba (antes o después). Pero seguirás siendo profesor. De eso no hay quien te apee. Se lleva en las venas. Y precisamente esto es lo que mantiene funcionando los centros.
ResponderEliminarAmigo, llevas mas razón que un santo, pero ánimo, precisamente ánimo no es precisamente lo que me falta. Ya, si hablamos de sueldo esa es otra historia; pero como hemos sido los chivos expiatorios de estos jodidos políticos, pues a apechugar toca.
ResponderEliminarDe todas formas estoy encantado y realizado con mi trabajo e intento que este sea lo más cabal posible.
Al igual que sucede con la belleza, si queremos educar en el humor solo podemos hacerlo conviviendo con él y practicándolo; es decir, reconociendo y aprovechando las situaciones que dan pie a que se utilice y evitando o desmontando otras en las que se confunde con el sarcasmo. Con humor es posible resolver situaciones, desmontar actitudes y llegar a entendimientos que serían difícilmente manejables o conseguibles de otra manera. Ha habido, y hay, artistas en conseguirlo, sin llegar al histrionismo ni mover un músculo de la cara.
ResponderEliminarhttp://www.otraspoliticas.com/educacion/educar-en-el-humor
Quien no esté en este gremio pensará que lo que se relata en el post es de un demente. Una vez más, la realidad supera a la ficción. Virgencita, virgencita: procura que la Ley Wert no salga aprobadita, po favó, po favó, po favó....
ResponderEliminarPasaba por aquí, pasaba por aquí.....cantaba Aute.
EliminarGracias por el comentario y que no salga aprobadita.
Acabo de leerte. Conozco el asunto, diría que muy a fondo. Tal vez, solo tal vez, podría ser que todos nos estemos equivocando, mucho y desde hace demasiado tiempo. Por si te interesa ojear qué opino al respecto, toda una vida en la enseñanza, te dejo la url del blog, que escribo siempre que me es posible en clave de humor, uno, porque soy gallega -afincada en Valencia- y no lo puedo evitar y, dos, porque el humor es, además de una actitud frente a la vida, un instrumento precioso para hablar de las cuestiones más serias sin que los más caigan en la cuenta, razón por la que se dejan. Gracias por compartir tu experiencia.
ResponderEliminarPerdón. http://dissidens.org/mama-de-donde-vienen-los-ninos-preferentes/
ResponderEliminarGracias por el comentario, efectivamente el humor es vital y reírse de uno mismo una costumbre muy sana. He ojeado tu blog, demasiado nivel para un humilde matemáticos como yo. Ánimo, gracias y un cordial saludo
EliminarEnhorabuena por sobrevivir a tu día y querer volver a empezar el siguiente con la misma perspectiva positiva. Literal retrato de unas circunstancias que los que nos dedicamos a la enseñanza vivimos a diario, y que no tienen muchos tintes de cambiar para bien...Se necesita gente para tú, para sujetar lo que nos queda de mundo.
ResponderEliminarMuy amable con tu comentario. Gracias a Dios no todos los días son iguales, aunque yo los días malos los sobrellevo bastante bien, de los buenos no te cuento nada, puro orgasmo.
EliminarEstimado Ricardo, he leído tu artículo y como otros indican en sus comentarios "me he sentido identificado" con tu situación. Con ello quiero decir que puedo imaginarme el percal de tu instituto, pues a mis 25 años de edad, mi experiencia docente se reduce a las prácticas de Magisterio y algún que otro trabajo de corta duración.
ResponderEliminarPero no puedo evitar plantearme (y plantearte) algunas preguntas. ¿Acaso no habéis pensado que tal vez esa aparente gran mayoría de alumnos con "mal comportamiento" simplemente se aburren en el colegio? ¿Qué vuestra metodología de exposiciones magistrales y ejercicios mecánicos solo desarrollan unos procesos cognitivos específicos, como la memoria, pero no un aprendizaje significativo?
Lo siento, pero me resulta mucho más fácil y lógico pensar que un grupo de tal vez 25, 30 o el número que sea de profesores con el que contéis, por muy adultos que seáis, llevan la razón frente a la inmensa mayoría de alumnos que estoy seguro no consiguen sacarle partido al instituto.
Pero sería injusto criticar sin proponer alternativas. Yo llevo poco tiempo en esto de la educación, pero mi inquietud no me permite conformarme con lo que en su tiempo a mí mismo como alumno me pareció una absoluta pérdida de tiempo (¡20 años ni más ni menos!). Y estoy seguro que a vosotros mismos también. ¿O acaso ya no os acordáis de ser jóvenes e incomprendidos por aquellos profesores que sólo querían hablar y hablar, pero nunca escuchar?
El colegio Monserrat de Barcelona se ha propuesto estas mismas cuestiones y ha tenido la valentía de llevar a cabo cambios en su sistema educativo, bajo la premisa de "si sabemos que lo que hacíamos hasta ahora no daba resultado, ¿por qué no probar una alternativa?
http://www.cmontserrat.org/
En esta plataforma de videos tipo youtube puedes ver lo que están haciendo y los resultados concretos que les están dando.
http://www.think1.tv/
Aquí un video con propuestas didácticas para la clase. Esto y mucho más solo en un rato navegando por internet.
http://www.youtube.com/watch?v=6yZlEsxgEhk
Ricardo tú eres director de estudios, tú precisamente tienes la posibilidad de cambiar esa realidad que a nadie gusta. ¡Basta ya de excusas! ¡Basta ya de miedos! Atreveos en vuestro instituto a dar el cambio.
Juan Ángel, esa desgracia de alumnos son apenas una docena, pero realmente molestan y los que los sufren son mucho más la inmensa mayoría de alumnos que los propios profesores (les roban, les pegan...).
EliminarSus padres son como los que se describen aquí, hace un tiempo llevé un expediente a uno que había montado un cristo porque lo pillaron usando el móvil y su padre vino diciendo "¿Dónde está el profe ese que le ha quitado el teléfono a mi hijo?, que le abro la cabeza. (hay que añadir que apestaba a alcohol)"
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Por oro lado, en contra de lo que manifiestas, la realidad diaria es que todos y todas nos esforzamos en conseguir una escuela mejor. Y me parece muy pretencioso desprestigiar la forma de realizar la labor docente de un compañero que NUNCA has visto en acción. Debes estar muy convencido de que lo que tú haces es el camino, ¡guíanos!.
Buen abogado defensor me ha salido contigo. Mi agradecimiento por partida doble, una por leerme (que ya es mucho) y la otra por tu defensa. Gracias Antonio
EliminarQuerido amigo gracias por tus palabras. Tu exultante juventud y el ansias con que te quieres comer el mundo te exonera de algunos atrevimientos que te permites hacer. ¿De dónde infieres que hay una gran cantidad de alumnos con mal comportamiento? ¿Sabes que proporción de alumnos tienen alguna incidencia en relación al total de alumnos del Centro? ¿Qué te hace suponer que nuestro magisterio se basa en exposiciones magistrales y en la reiteración de ejercicios mecanizados?.
ResponderEliminarAparte de esto, he estado indagando sobre el colegio Monserrat y ciertamente lo que he leído es bastante impresionante: aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples, trabajo cooperativo, nuevos métodos pedagógicos, etc, verdaderamente impresionante. Felicidades por pertenecer a ese claustro de profesores.
Queridos Ricardo y Antonio, precisamente justo ahora y antes de leer vuestras respuestas estaba pensando que mi comentario del otro día fue sumamente prejuicioso, por lo que he vuelto rápidamente a tu blog para pedirte disculpas. Mi reacción se debió a vivenvias personales recientes que injustamente quise ver en tu relato. Esto del anonimato de internet a veces nos impulsa a escribir sin pararnos demasiado a pensar.
ResponderEliminarDe hecho, te agradezco la lección de humildad y me alegro de que te tomaras el tiempo para contestarme y que hayas visitado igualmente los links que te sugerí.
Yo al no tener la suerte en estos momentos de ejercer como docente intento dedicar mi tiempo delante del ordenador a buscar todo lo que pueda sobre el tema, para así estar un poquito más preparado cuando llegue el momento. Pero desde luego no es comparable con la experiencia real en el aula.
De hecho uno de los temas que más me preocupa es precisamente como tratar a esos alumnos que por diversos motivos parece que no quieren aprender por más que nos esforcemos. Habrá que seguir buscando respuestas.
Un saludo a ambos y de nuevo mis disculpas.
Me he reído un rato! Cuentas un clásico de todo instituto de secundaria con arte! Si quieres desestresarte, piensa que los incidentes habituales se multiplican por tres en los ies de compensatoria, que los jefes de estudio no paran amen de la violencia verbal y amenazas (directas o veladas) que nos tragamos el resto del profesorado en el aula o en las citas-careo con los padres de las criaturitas. Lo dicho: tu post es sólo una introducción a lo que aguantamos los docentes en los centros de secundaria. Los profesores-especialistas en diferentes materias estamos hartos de que la psicología práctica del aula sirva cada vez menos y empezamos a entender los altercados en clase como algo susceptible de ocurrir en cualquier momento. Mundo de locos!
ResponderEliminarCuánta razón llevas compañero.
EliminarComo cantaba Francisco Cespedes: "esta vida loca, loca, loca; con su loca realidad. Que se ha vuelto loca, loca, loca...." A sobrellevarlo con estoicismo y una sonrisa
Ricardo, lo que me he reído... Un abrazo de una profesora de Cantabria que se repite todos los días: soy doctora en Literatura, soy doctora en Literatura, soy doctora en Literatura.
ResponderEliminarQuerida amiga, si te has reído me doy por satisfecho y ha merecido la pena escribir estas mis cuitas. Un abrazo desde esta primaveral y calurosa Sevilla
EliminarHola, Ricardo o pikino. Soy la anadelia de El País. Me encantaría conversar contigo. De entrada te diré que soy partidaria de la ley Wert. No por la religión evaluable, pues soy atea, sino por todo lo demás (reválidas, itinerarios en 3º, variaciones en las troncales). ¿Qué opinas?
ResponderEliminarHola Anadelia, yo también creo que la ley Wert tiene cosas bastante positivas y no es precisamente de la religión de lo que hablo. Ya comentaremos más a fondo el tema en otro foro. Gracias por el comentario
Eliminar¿Dónde está el problema? Has trabajado 5 horas, ¿dónde están las otras tres?.
ResponderEliminarNo se de que problema me hablas y no trabajo 5 horas. En el centro desde que llego hasta que salgo por la puerta son 5.45 horas. Todas las tardes, como mínimo, le dedico sobre 3 horas entre resolver papeleo para la delegación a través de Internet, planificar clases, corregir trabajos y exámenes, etc y por la mañana otra horita antes de salir para el trabajo (sí, de 5:30 a 6:30). Yo no sé el tiempo que le dedican los demás, yo sólo sé que yo le dedico mucho, mucho tiempo a lo que hago y encima me gusta enseñar. Eso es lo que hay amigo
EliminarMe imagino que tratar estas situaciones tan difíciles con humor ayuda a sobrellevarlo. Lo reconozco, me he reído mucho pero al mismo tiempo he pensado que jamás podría formar parte de vuestro gremio.
ResponderEliminarLa enseñanza siempre me gustó pero no la sicología "extrema" ni los deportes de riesgo.
Toni no es tan fiero el león como lo pintan, yo magnifico un poco la cosa para darle un pelín de emoción y tener más juego; cierto es que no dejan de suceder situaciones kafkianas pero el devenir cotidiano es mucho más prosaico y anodino, de hecho si no fuera de esta forma saldríamos todos locos. Gracias por el comentario
EliminarJajaja...me he reido un montón, y, por mi parte, que ni soy profesora ni madre, que sepas que teneis toda mi admiración, pues la vuestra me parece una de las profesiones más complicadas que existen, y más en estos tiempos en que se le ha perdido el respeto a la profesión.
ResponderEliminarAnimo! Se necesita gente como tu, pues sois los pilares en la transformación de esta sociedad, tan desconsiderada y desagradecida que no sabe valorar la gran suerte que tiene de poder estudiar.
¡Nivelito en el país que tenemos!. Sí, te ríes con esos sucesos que cuentas; pero, en el fondo, te da rabia - y pena - que tengamos que estar luchando contra tanto energúmeno suelto que no sabe - ni sabrá- hacer la O con un canuto. Eso para que a veces nos vayan diciendo que tenemos muuuuchas vacaciones o que no pegamos ni golpe. En fin, colega Ricardo Roldán, quizá este curso que empezamos ya no seas jefe de estudios por puro hastío. En caso contrario, si tienes la gallardía de continuar, ánimo. Al menos, con esa "marcha" no hay posibilidad de aburrirse.
ResponderEliminarUn colega de Valencia
Joder Ricardo llegue aqui por recetas, por comida!!! y me encuentro con esto??? jajajajjja he gozado un monton con las ocurrencias de tus alumnos y tu raro proceder ajajajaja vos sos quien esta mal! :-p
ResponderEliminarDonde encuentro las jodidas recetas??
Saludos Carol
Carol las recetas están debajo de la foto de portada, donde pone: ALGUNAS RECETILLAS.
EliminarLa vida del Jefe de estudios es muy dura, pero hay que tomárselo con filosofia y buen humor
Hola Ricardo. Yo entiendo que exageras en tu afán de escribir algo gracioso, pero lo que transmites a las personas que lo leemos es un gran desconcierto. No dudo que os pasen todos los días cosas como las que describes, lo que me sorprende no es la problemática, sino la forma de enfocarla. Lo que me escandaliza es que la administración educativa no tenga un enfoque común reglamentado y eficaz para darle respuesta a todo esto. Que toda esa problemática diaria que se os plantea en todos los institutos esté dejada de la mano de vuestro propio albedrío para improvisar soluciones, me parece suficiente motivo para mandar a vuestro consejero de educación, acompañado de los del resto de las autonomías, encabezados por el señor Wert, a hacer prácticas docentes en la prisión de Carabanchel, internos y en convivencia directa con sus alumnos. No sé cuántos profesores habrá en la enseñanza secundaria, pongamos que 500.000, por decir un número ¿Entre todos no se os ocurren protocolos adecuados para dar respuesta atinada y normalizada a todos esos problemas que se os presentan día a día? Estoy seguro que hay centros que los han resuelto de una forma satisfactoria y que de esos casos ejemplares se podría hacer un compendio que os sirviera a todos. Está todo inventado. Hay fracaso escolar, sin embargo hay muchísimos profesores que no tienen fracaso escolar en sus aulas, y su sistema debería servir de ejemplo. En fin, supongo que alguna cosa positiva, ocurrirá también en el día a día de tu centro, no estaría mal que probases a contárnosla, otro día, a ver si nos levantas un poquito la moral, porque esta narración, la verdad, te ha salido un poco chunga.
ResponderEliminarPuntualizaciones varias señor jimenezrequena:
Eliminar1.- Por supuesto que exagero, se trata de ironizar sobre la penosa situación que padece la enseñanza.
2.- Por supuesto que hay protocolos de actuación, hay protocolos hasta para sonarse los mocos. Vivimos inmersos en protocolos que no valen una m...
3.- Totalmente de acuerdo con usted en mandar a Carabanchel al señor Wert, a mi consejero de educación y a toda la camarilla de politicos que cada dos por tres nos cambian los planes de estudios como si de cambiar alpiste al canario se tratase.
4.- Yo no tengo el menor fracaso escolar, es más, le diré que a pesar de ser matemático, jefe de estudios y con bigote (tres cosas que imponen un muy mucho) mis alumnos me quieren y mis clases son de lo más ludicas y divertidas (amén de rigurosas,ilustrativas y eficientes, como es obvio).
5.- El 95% de las cosas que me ocurren son muy positivas, te recomiendo que leas estas otras entradas y los comentarios que en ellas se hacen: http://detapasporsevillayotrascosillas.blogspot.com.es/2013/06/a-mis-queridos-alumnos-que-me-abandonan.html y http://detapasporsevillayotrascosillas.blogspot.com.es/2014/01/albriciasya-estamos-en-bachillerato.html.
6.- Por último, me percato que no ha sabido usted, o yo no he sabido transmitirlo, captar el tono irónico y socarrón del escrito, donde del primero que me río es de mi mismo.
De todas formas gracias por perder el tiempo conmigo al escribirme estas lineas, de verdad que se lo agradezco.
Un cordial saludo
Después de leer estas experiencias, no imaginan cuanto me alegro de no haber continuado en la digna profesión de educador de adolescentes.
ResponderEliminarUna derrota a tiempo es una victoria.
Me gano la vida con los computadores; ellos puede que me ganen al ajedrez, pero por lo menos yo siempre podré ganarles al boxeo.
Bueno en estos casos la culpa es un poco de todos, hay mucha gentuza en los institutos públicos, yo estudié en uno privado carísimo y son aun peores, pero de otra forma,gentuza con poder,no te llevan a su hermano paleto de 1,90 a amenazarte, pero crecen estudian ADE o derecho al cobijo de papa y bueno lo siguiente nos lo sabemos todos...
ResponderEliminarEn tu caso creo que el constante chorreo de indisciplina y atrocidades os genera hastío y al final se junta un poco de todo, niñatos que ni quieren ni merecen salir adelante, pobres inocentes que atraviesan una edad difícil y no siguen un camino recto del todo... pero vosotros los profesores no actuáis correctamente en todos los casos y pecáis de complejo de superioridad al tratar con niños,muchas veces ni queréis saber ni os interesa nada que tenga que ver con los chavales.
Una mezcla peligrosa, pero bueno paciencia hay que tener, yo no aguantaba los desmanes de eso pequeños fracasos más de dos minutos, y mucho menos los berriditos de una mama, que en su día fue tan inservible como ellos son y serán.