Ayer noche, mientras Eva y un servidor degustábamos unas
setas (agaricus y lepiotas) a la plancha con su ajito picado, su perejil
y unas gotitas de un buen aceite de oliva, setas que por cierto había cogido
por la mañana en mi pueblo en compañía de dos buenos amigos, le comentaba a la
parienta que hoy domingo no teníamos más remedio que salir a conocer un nuevo
gastrobar y hacer la entrada correspondiente so pena de perder la clientela que
con tanto trabajito y sudor nos hemos labrado; y he aquí que esta mañana cuando
me levanto y leo el correo me encuentro con esta pequeña joya que transcribo a
continuación:
Estimado
bloguero:
Unos fieles
seguidores de tus andanzas culinarias y padeleras te recomiendan que veas la
final del ppt de Valencia donde ha llegado tu ídolo Paquito Navarro y después
te pases por el restaurante Albarama sito en la Plaza San Francisco donde
podrás degustar unas buenísimas tapas (este restaurante se encuentra
clasificado en 2 lugar en la guía Tripadvisor)
Sin nada más
te animamos a seguir con tu labor de orientación gastronómica y en el tema
pedagógico no te sulfures, pues como te pille HULK o la madre chillona del niño
te van a dejar peor que el pelotazo que te dieron en el lomo ibérico.
Un fuerte abrazo de Mane y Mari.
Un fuerte abrazo de Mane y Mari.
Asunto concluido, ya tenemos sitio nuevo para visitar.
Gracias a mis buenos amigos, vecinos, compañeros de pádel y de mesa y alguna
que otra cosilla más, ya tenemos
resuelta la papeleta del día.
Precioso el día, después de un mes lloviendo (realmente
hacia mucha falta y el campo lo agradece sobremanera) ayer sábado salió un día radiante y hoy amanece igual de bonito
aunque un poco más frío, bueno bastante más frío, que cuando el sol se esconde hay un airecino que se te mete por el cuerpo harto curioso.
El sol fuera y la atmósfera limpia como una patena. Sevilla reluce. El centro está lleno de gente paseando, disfrutando de los últimos estertores veraniegos. Se respira domingo de fiesta.
Obsérvese las dichosas lascas de queso sobre el arroz
Debajo de esa cosa negra (el tranchete) estaba la hamburguesa
El sol fuera y la atmósfera limpia como una patena. Sevilla reluce. El centro está lleno de gente paseando, disfrutando de los últimos estertores veraniegos. Se respira domingo de fiesta.
La famosa y exquisita pringá de Bodeguita Romero
Antes de dirigirnos a nuestro destino hacemos una
visita a Bodeguita Romero, un clásico de toda la vida, en busca de sus famosa
pringá, ¡qué cosa más rica¡. Son apenas la una y media y el bar está a tope,
terraza incluida; muchos extranjeros se mezclan con sevillanos castizos de toda
la vida; pero, por encima de todos,
japonesas por un tubo y un espectáculo ver a esos camareros
explicándoles por señas la amplia oferta de la carta a las niponas, sus caritas
y risitas de órdago. ¡Hijo mío, que arte
se derrama por estos lares¡
Tres
cervecitas, dos montaditos de pringá, una tapita de solomillo al wisky y una Coca-Cola
Zero todo por 12,70 €. Las pringás de muerte, como no podía ser de otra manera.
Una vez hemos entrado en caja, un paseíto hasta el
Restaurante Albarama, en plena plaza de San Francisco, a espaldas del
ayuntamiento de la villa. El sitio es estrecho y largo, muy estrecho y muy
largo; al fondo un luminoso patio cubierto con una claraboya . Mesas bajas y altas
donde elegir.
Nos aposentamos y nos atiende un camarero más serio que
una estaca; profesional impecable pero parco en palabras, tela de parco, como
si hablar le costara dinero; que tío más saborío. En toda la hora larga que estuvimos
allí sólo en una ocasión le vimos cambiar el rictus de la cara y esbozar algo someramente parecido
a una sonrisa. Eso sí, profesional como el primero, como la copa de un pino.
Cerveza (1,80
€) para
nosotros, Coca-Cola (2 €) para mi
hija. La cerveza servida en un copón grande, muy vistoso, pero los precios un
pelín caro para los tiempos que corren.
La carta es amplia y la de vinos bastante completita,
de la más completa que hemos visto últimamente. Empezamos con:
Risotto de
vieiras con trompetas de los muertos (4,90) presentado en la concha de una gran vieira y que ni mi
hija ni yo probamos porque a ninguno nos gusta el queso y este tenía, además
del queso que por sí lleva todo risotto, lasquitas por encima y eso ya me dio
la puntilla. Mi mujer se alegró mucho de mi decisión y dio buena cuenta del plato,
según ella superior, cosa que no dudo por la cara de satisfacción que ponía mientras lo degustaba.
Mini hamburguesa
de chocos con tranchete negro y alioli (4,50 €). De todo lo que comimos lo
que menos me gustó, sencillamente no le saqué el sabor a choco por ninguna
parte.
Carpaccio de
presa ibérica con picada de jamón, queso y pipirrada (4 €) Esta voló literalmente, las
cuatro lonchas de ibérico supieron a poco, a muy poco. La picada y todo lo que
las acompañaba exquisita. Se me pasó decirle al camarero que no le pusiese
queso y con paciencia tuve que quitar los trocitos.
La pinta estupenda, un par de filetitos no estaría de más.
Yogurt de bacalao
con tomate y suave de no sé qué cosa (4,50). Monísima la tapa servida en un bote de cristal de esos
que se cierran a presión con un mecanismo de alambre. Al fondo el tomate, sobre él la crema que era un puré de patatas aromatizado con ajo y coronándolo todo
el bacalao gratinado. Eva dice que se parece al mítico bacalao gratinado de
Casa Paco, pero, obviamente, con bastante menos bacalao y presentado más finamente.
La foto no hace justicia, de lado hubiese resaltado las distintas capas.
Después de esta primera ronda de tapas y para afrontar
la siguiente con buen pie nos cambiamos al vino, un Ribera joven de nombre
Sembro, a 3 € la copa. Esta
es la ficha de cata de un experto en el tema:
“De color
granate muy oscuro. En
nariz resulta intenso, expresivo, con matices especiados (algo de pimienta
verde), una buena expresión de frutos rojos, recuerdos a bosque umbrío y un
fondo levemente balsámico. En boca tiene buen ataque, con bastante cuerpo,
presenta un tanino robusto, sensaciones avainilladas, muy buena acidez, largo y
bien definido. Un vino de corte moderno y bien perfilado”
Evidentemente doy fe de que todo lo que dice este tío lo experimenté yo degustando la copa, pero to de to, vamos que el regusto a vainilla me salia por los oídos.
Evidentemente doy fe de que todo lo que dice este tío lo experimenté yo degustando la copa, pero to de to, vamos que el regusto a vainilla me salia por los oídos.
Y seguimos con Arroz negro y calamares fritos en harina de
garbanzos (4 €). Un arroz negro clásico con la novedad de que en lugar de
estar realizado con sus calamares guisados, estos aparecen por fuera frititos y
crujientes. Diversidad de opiniones: a mí me gusta mas el método clásico, mi
hija se decanta claramente por este, mi esposa no se pronuncia al respecto. En todo caso poco arroz, escasito, no hubiese costado mucho un poco de más generosidad en un artículo tan baratito.
Atún rojo poco hecho con arroz y algas en salsa de soja (5,50 €). Un
único comentario: muy, muy bueno. El atún en su punto, sellado por fuera y rosáceo
y jugoso por dentro. El arroz que acompaña bien condimentado y con la guinda de
minúsculas huevas y sésamo por encima. Las algas cojonudas, crujientes y sabrosisimas. Absolutamente recomendable. El plato un cuadro modernista, precioso.
Por último Corvina con reducción de vino tinto y polvo
de pistachos (5 €), sin duda la mejor de todas las tapas, de la corvina
mejor no hablar; la reducción de vino una pasada, hasta el punto que mi mujer se ha
empeñado en que aprenda a hacerla, pero el acompañamiento en forma de una rosa hecha con las hojas de
una alcachofa con su tallo y todo simplemente un escándalo, como canta mi buen amigo Raphael. !ESCAAAAANDALO¡
En total 3 cervezas, 2 Coca-Cola,
dos copas de vino y 7 tapas nos costó 51,80 € IVA incluido. Yo creo que los
precios están un poco subidos, tanto en la bebida como en las tapas; de media
entre medio y un euro por encima del precio medio de las tapas en los
gastrobares que solemos visitar.
De vuelta a casa, mi
hija, como viene siendo habitual, se comió su correspondiente tarrina de
chocolate en Raya.
PUNTUACIÓN DEL ESTABLECIMIENTO:
7.30
Gracias por leerme.
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