La mañana ha nacido
fresquita, después de tres meses de calores y de prácticamente un año sin caer
una gota de agua, parece que por fin las cosas están cambiando en esta Sevilla
de mis amores. Como digo, el alba ha llegado preñada de humedad y se anuncian
lluvias a partir del miércoles de la semana que viene durante unos cuantos días;
esperemos que esta vez los augurios se cumplan y los ínclitos portales de
internet que anuncian la buena nueva no se confundan.
Ayer llegó el otoño
pero el verano se ha resistido a marcharse todo lo que ha podido,
machaconamente nos ha atosigado con sus calores. Largo y tórrido ha sido y, lo
peor de todo, funesto para las esperanzas de muchos que viven angustiados una
crisis galopante que parece no tener fin. Esperemos que el viento del otoño
traiga buenas nuevas, aunque sean pequeños brotes verdes como en un día ya
lejano creyó ver nuestro antiguo presidente, al que el buen Dios conserve la
vista.
Hablando de brotes
verdes, esto es lo que parido este agosto la ciudad de Sevilla, un hermoso
brote verde llamado Brunilda Tapas. Nos encontramos con este magnifico gastrobar en la calle Galera, nº 5 (en el epicentro de un hipotético triángulo formado por la Maestranza,
el puente de Triana y el Corte Inglés de la Magdalena).
El sitio muy escondido, de los que hay que ir expresamente a él porque por esas calles no se suele pasar, pero a un paso del mercado del Arenal, entre este y la calle Zaragoza. El chef Diego Caminos (vaya nombre más torero, Camas partía por la mitad Diego Puertas-Rafael Caminos) con amplia experiencia en el manejo de los fogones, Zelay y Gastromiun entre otros.
El bar una monería, en
un caserón antiguo con un portón de entrada por el que cabe un paso de Semana Santa
y, dentro, unos techos con una altura
que quita el hipo, vamos que una jirafa puede saltar cómodamente a la comba (suponiendo
que las jirafas sepan y quieran saltar a la comba, que es mucho suponer); dos
ambientes: taburetes al fondo a la izquierda y de entrada mesas bajas frente a
la barra y un ventanal que ilumina todo. En la mesa del ventanal nos sentamos
Eva y yo. Por cierto la sillas comodísimas, con asientos de rejilla de toda la vida.
Nos atienden dos
preciosidades, una morena, la otra rubia, una española, la otra argentina, como
el chef; indistintamente nos agasajan
con sus sonrisas. Hijo mío así da gusto ir a los sitios.
Como siempre cerveza para abrir boca (1,20 €) y para
comer nos dejamos llevar por las críticas leídas y empezamos con:
Porra Brunilda con melva, naranja y uvas pasas (3,50 €) y Pulpo
con patatas y ricota (3,70 €).
La porra es una variedad del gazpacho, similar al salmorejo cordobés,
aunque con algunas variantes en cuanto a sus componentes.
La porra espesa y
suave, mouse compacto con un ligero parecido al glorioso salmorejo que Joaquín Márquez pone en la Montería, las pasas le pegan al pelo y la melva lo inunda de sabor,
el sabor de los trocitos de naranja refrescan pero se difuminan un poco.
El pulpo me recuerda al
pulpo a baja temperatura del Zelay, imagino que el chef tuvo mucho que ver en su momento en la creación del plato, en
este caso el pulpo está troceado en daditos más pequeños, la chalota más presente, la
presentación es distinta y el sabor mucho más contundente; sobre la ricota (una especie de mouse de queso) no puedo
opinar porque como ya todo el mundo sabe no me gusta el queso.
Mas cervezas y seguimos
con:
Bacalao confitado con crema de coliflor y butifarra blanca (3,50 €)
y Chipirón a la plancha con migas del caserío
y huevas de arenque (4 €)
Nosotros somos mucho, pero
que mucho de bacalao y no nos resistimos, donde ponga bacalao nos tiramos de
cabeza. El bacalao marcado en su punto, la crema de coliflor muy sabrosa y la
butifarra mejor que el bacalao. La mezcla lograda.
El chipirón magnifico.
Ya la presentación sobre pizarra negra es espectacular. Sin duda, junto con la
última, la mejor de todas las tapas que probamos. Las poquitas huevas de
arenque no dicen mucho, pero las migas están de lujo. Cojonuda la mezcla del
pan, el huevo, el tocinito muy frito y el chipirón a la plancha. Ver para creer.
No dejamos ni atisbo de su existencia.
Yo, como siempre sigo
con cerveza; Eva, como siempre, se pasa al vino. Damana 5 (2,40 €) un Ribera del Duero de bodegas Tábula , goloso, fresco y frutal, equilibrado y con la viveza propia de sus cinco meses en barrica.
Ultima tanda de tapas:
Tataki de atún (4 €) y Solomillo
de buey con patatas y romero (5,20€)
De nuevo el tataki me lleva al Zelay, aunque en este caso el atún lo ponen troceado en lonchas cuando
allí lo presentaban en un solo taco sellado. La guarnición muy parecida,
trocitos de tomate y aros de cebolla roja. El aliño más contundente, la
vinagreta me gusta más, con un punto más de fuerza.
No íbamos a pedir el
solomillo, nos habíamos decantado por una presa con batatas caramelizadas, pero
nuestra amiga argentina nos convenció de que no podíamos abandonar el bar sin probar el solomillo. Llevaba toda la
razón del mundo.
El solomillo estaba
soberbio, jugoso, en su justo punto; pero las patatas asadas (supongo que al
horno) no le iban a la zaga, todo con un sutil pero patente aroma a romero.
Magnifico.
Para rematar Eva pidió,
cosa rara, un postre: Torrija de brioche
con helado de yogur y caramelo (3,50). Sólo voy a decir una cosa: no se
puede dejar de probar y, sin duda, el mejor helado de yogur que he probado
nunca.
Fantástico epílogo a una muy buena comida
Cuando pagamos (en
total 37,80 €) la casa muy amablemente nos invitó a un chupito.
Conclusión: ha nacido
un nuevo sitio de culto en Sevilla y me congratulo de ello.
PUNTUACIÓN DEL
ESTABLECIMIENTO: 7,50
Gracias por leerme
Hola Ricardo. Soy Rafa Viguer, un valenciano que el mes pasado estuvo de vacaciones en Sevilla. Allí descubrí tu blog, lástima que fuera el penúltimo día.
ResponderEliminarDisfrutamos en La Brunilda. Como también tengo un blog en Valencia, te dejo un enlace donde hago mención tuyo. http://comersinmilongas.com/content/un-valenciano-en-sevilla-de-tapas/
Espero volver pronto por esa maravilla de ciudad que tenéis y disfrutar de tus recomendaciones. Muy bueno el blog, de veras.
Un abrazo.
Nos encantó La Brunilda. Estamos seguros de que no será la única vez que la visitemos. Estamos deseando volver desde que salimos por la puerta.
ResponderEliminarYo he vuelto en varias ocasiones y nunca me ha decepcioonado.Una apuesta segura. Pos is os interesa esta es la entrada que han realizado de este local el blog Ropa Vieja del diario de Sevilla : http://blogs.grupojoly.com/ropa-vieja/2015/02/13/una-valquiria-levemente-desafinada/
EliminarUn abrazo